En este mes en el que las mujeres de todo el país han salido a la calle y han tomado conciencia de la desigualdad y del machismo imperante en pleno siglo XXI, he decidido seguir hablando del gran trabajo que hacen las mujeres en el sector teatral.
Esta vez he tenido el placer de poder conversar con la ganadora del Premio Nacional en Literatura Dramática 2016, la alicantina Lola Blasco. He de aclarar que la entrevista se realiza dos días antes del 8M.
La conversación no empieza de manera muy cómoda? Lola: «La verdad es que estoy molesta. Ya son varias las entrevistas que he dado en este mes de la mujer. Parece que sólo interesamos a los medios, en marzo, pero nos olvidan el resto del año». La entiendo perfectamente.
Lola Blasco decide dejar Alicante muy joven y se marcha a Madrid. Comienza sus estudios de interpretación en la escuela Cristina Rota y posteriormente en el estudio de Jorge Eines. «Al principio iba para actriz, pero uno de los factores que determinaron mi camino hacia la dramaturgia fue el darme cuenta del machismo y los abusos que se cometen dentro de la profesión. Yo quería crear mis propias historias. Hacerlo desde mi perspectiva».
Después ingresa en la Real Escuela Superior de Arte Dramático en el año 2005, para cursar la carrera de Dramaturgia. En el año 2009, recibe el premio internacional Buero Vallejo y tras escribir varias obras y demás trabajos como directora y actriz, en 2016 recibe el Premio Nacional. «Estoy muy contenta y agradecida, pero ese premio no ha hecho que cueste menos representar mis textos en España. Es más, a día de hoy no se ha estrenado el texto con el que gane el premio».
Bolivia y Francia son los dos últimos países donde se han representado sus obras. En Alicante también hemos podido ver algunos de sus textos en varias ediciones de la muestra de teatro de autores contemporáneos y en la anterior producción de Teatres de la Generalitat: La armonía del silencio.
Cree que las cosas en el ámbito teatral en Alicante van mejorando: «Hay gente trabajando para mejorar las cosas, Paco Sanguino entre otros. Pero la cosa está muy difícil para los creadores. Yo no puedo vivir aquí».
Su obra es comprometida: "Quiero tomar la voz. Quiero ser yo y poder denunciar lo que me duele. Intentar cambiar este mundo."
Cuando aparece el tema feminista, Lola es muy clara: «Me declaro radicalmente feminista, porque lucho radicalmente por la igualdad. No tomé conciencia realmente, hasta que tuve una hija. Sólo por ser mujer lo tendrá más difícil». «Tengo clarísimo que voy a hacer huelga, de todo. No trabajo, no hago cenas? Y a la manifestación».
Hablamos de feminismo dentro del actual panorama teatral: «Cada vez se está tratando más el género, pero tengo miedo de que sólo sea una moda». «Es como la sensación de que te publiquen en una antología de autoras o te programen en un ciclo de mujeres. Estoy segura que estas iniciativas se hacen con muy buena voluntad, con el fin de visibilizar, pero eso lo único que demuestra es que no hay igualdad».
Angélica Liddell, Sarah Kane, Laila Ripoll o de su generación, María Velasco, son algunos de sus referentes femeninos en la dramaturgia contemporánea. «Para que se nos visibilice, no basta con hacer las cosas bien, tenemos que demostrar que somos excelentes. Las jóvenes promesas suelen ser hombres».
Me gusta escuchar a Lola, decidida, sin tapujos, con las cosas muy claras. Habla sin rencor, pero tampoco tiene miedo. Dice que siempre está en otro sitio, que no termina de encajar? Yo creo que es una mujer valiente y que hace de su arte y su talento una herramienta para intentar mejorar el mundo. Una alicantina que es uno de los «nombres» de una generación de creadoras comprometidas.
Estoy seguro que cuando se publique este artículo, días después del 8M, Lola Blasco estará un poco más feliz y esperanzada. Y deberíamos estarlo todos y todas, porque si la lucha feminista avanza, estamos más cerca de vivir todos en un mundo mejor.
