Hasta mediados del próximo mes de octubre, podemos ver, en el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante, la exposición Perdidos en la ciudad. Formada por unas cuarenta obras, la muestra propone una mirada sobre la ciudad a partir del arte contemporáneo, y es de un notable interés. La calidad de los artistas seleccionados - Rauschenberg, Adami, Arroyo, Crónica- y de las obras escogidas, está fuera de duda. En Alicante no es usual -en contra de lo que sucede en otros lugares- que los aficionados al arte podamos ver exposiciones organizadas en torno a un tema. En esta ocasión, la oportunidad se ha presentado de la mano del IVAM, donde la muestra se exhibió con anterioridad, aunque con un número de obras muy superior.
La presencia del IVAM en Alicante requiere que hagamos algún comentario, porque no es habitual. Es cierto que hubo una ocasión anterior, con motivo de la muestra de Pinazo, en el MUBAG, pero aquello correspondía a una actividad del Consorcio de Museos. En este caso, sin embargo, se trata de una exposición del propio IVAM que se ha adaptado -incluso, con alguna pieza nueva- para exhibirla en el MACA. En este sentido, debemos valorar el trabajo de Rosa María Castells y María Jesús Folch. Las comisarias se han encontrado con un espacio bastante reducido para lo que exigía el carácter de la exposición. La tarea no era nada fácil, pero está resuelta con dignidad.
En el acto de inauguración, José Miguel Cortés, el director del IVAM, dijo que para su museo era «importante vertebrar la Comunidad y apostamos por esta estrecha colaboración con Alicante». No podríamos estar más de acuerdo con esas palabras. Siempre hemos pensado que el IVAM puede desempeñar un gran papel para fortalecer la Comunidad Valenciana, tan falta de proyectos de esta clase. Lo extraordinario es que hayamos debido esperar treinta años para ello. ¿No refleja este suceso la debilidad de nuestro carácter y la pereza de nuestros dirigentes? El IVAM ha conocido gobiernos socialistas y gobiernos del Partido Popular. Ninguno de ellos había mostrado hasta hoy el menor interés por abordar un problema que, a la vista de cómo se ha resuelto, no parece demasiado complicado.
La presencia del IVAM en esta exposición no debe hacernos olvidar los problemas del MACA, que son varios y llevan demasiado tiempo sin arreglarse. Alicante hizo un gran esfuerzo con la ampliación del museo, que, por diferentes motivos, no se ha sabido aprovechar. Convendría remediarlo y el primer paso es saber qué museo quiere y necesita la ciudad. Esto no lo pueden decidir sólo los políticos, porque no son personas preparadas en el mundo del arte: hay que consultar a quienes entienden de estas cosas y, con su opinión, trazar un plan y fijar unos objetivos. El MACA tiene una excelente colección que no ha puesto en valor, entre otras cosas, por falta de un presupuesto adecuado. Si de verdad queremos que Alicante cambie, hay que empezar a resolver los problemas concretos que tiene planteados la ciudad.
