Cuando entran en juego la tecnología y la creatividad, las definiciones a nivel profesional corren a gran velocidad, de forma muy específica y con términos anglosajones. Esto es lo que le pasa a Javier Sala -natural de Alicante y conocido por muchos por su álter ego Midiclorian-, quien desde 2005 desarrolla su trabajo en un sector audiovisual que se reinventa cada día y que sufre lo que no está escrito cuando le piden que se describa en una sola línea.
Licenciado en Comunicación Audiovisual en Ciudad de la Luz y con un Máster en Artes Visuales y Multimedia en la Politécnica de Valencia, aunque también ha tocado otras disciplinas como la moda o la publicidad, el idilio que mantiene con la música, está más que confirmado. Ha sido habitual videojockey de festivales como el Low Festival, Creamfields o Monegros y ha dejado su huella en las visuales de multitud de salas y clubs alicantinos, sobre todo en Rockers, donde estuvo cubriendo esta faceta una larga temporada. Palabras como veejay (videojockey o VJ)-creador que genera sesiones visuales mezclando en directo loops de video con música u otro tipo de acción- o videomapper -proyecta o despliega una animación o imágenes sobre superficies reales para conseguir un efecto artístico-, saltan a la palestra. ¿Cuál es entonces su papel en una actuación musical?
El vídeo, señala, «siempre dicen que es lo último, pero si no está, lo notas». En sus palabras, la parte visual «fortalece la experiencia global. Cuando vas a un concierto o a un festival y tienes un buen show de luces, de visuales y todo el conjunto va en sincronía, te aporta la experiencia completa». Nach y su equipo, siempre a la delantera, le incorporaron al equipo en octubre de 2015 en esta última gira para hilvanar un show visual adaptado al género, con sus variaciones y su código, y sobretodo a medida del rapero alicantino, que ya de por sí tiene una presencia muy fuerte en el escenario y que diseña sus propias actuaciones, para contribuir con nuevas técnicas al buen funcionamiento de los directos. Hoy en día y dentro del mundo del rap a nivel nacional, en activo y girando, son los únicos que llevan un espectáculo con un videojockey, y están cosechando un éxito rotundo.
Además, añade, lo que quiere hacer con Nach en adelante «no está hecho todavía». En concreto, su intención es introducir elementos más complejos de proyección, de escenografía y videomapping, que vayan en consonancia con la marca personal del artista. Tal vez se pueda ver algo de esto último, avanza, en el concierto de Nach&Amigos del próximo 25 de febrero en el Pepsi Center de Ciudad de México.
«Estoy en la edad y en la época para disfrutar de esto al máximo. De la mano de Nach. No hay otro artista alicantino a nivel vocal que tenga esta repercusión internacional». Un trabajo soñado, también, ya que toda la vida ha escuchado rap y un reto porque la forma de trabajar del dj del equipo es muy analógica, «por lo que todo es muy manual, pero siempre con una base sincronizada para que tenga sentido el vídeo con el audio. Que todo vaya acorde».
El videomapping en general, el vídeo en directo y todo el arte digital/visual cambia a cada momento y a Javier Sala no se le escapa. Se empapa de todas las novedades y nada más ver algo que le llama la atención, lo aprende y lo incorpora. Ya sea disfrutando un concierto de The Prodigy en directo, en una actuación vista por Internet de Outkast o viendo la final de la Super Bowl, está con mil ojos tomando nota.
Por su fijación por viajar -ha trabajado fuera de España y ha sido seleccionado 5 años para participar en el Live Performers Meeting, un encuentro internacional de artistas visuales-, le resulta fascinante «todo lo relacionado con la vida en carretera, con una gira, la convivencia». Fruto de este interés, uno de los proyectos relacionados con Nach, es que lleva documentando la gira desde que empezó. Cuenta con unas 5.000 fotografías en blanco y negro, todas ellas disparadas con una reflex, y su intención es publicar un libro de la gira o realizar una exposición con las imágenes. Es, explica, «la parte de detrás (hoteles, furgonetas, aeropuertos, backstage?)». Un testimonio único.
Por tanto, videojockey y fotógrafo serían los términos que más se acercan a lo que ha sido su día a día en los últimos años de gira con Nach, pero también sorprende su tarea como docente. Imparte clases de videomapping en la Universidad de Alicante en el Máster de Arqueología de Restauración Virtual, en las cuales enseña técnicas de proyección para restaurar patrimonio cultural. Y sí, es posible utilizar videomapping para restaurar un mosaico o escultura, un trabajo que le obliga a reciclarse los 365 días del año a nivel profesional.
Este 2017, además de su trabajo creativo para Nach, quiere involucrarse más en Alicante a nivel cultural, ya sea colaborando con iniciativas interesantes o promoviendo actividades y eventos -por ejemplo un encuentro internacional de visuales- y, sobretodo, centrarse «en desarrollar proyectos creativos propios, o bien relacionados con la música, tal vez volviendo a la electrónica, o en espacios expositivos a través de video arte, arte electrónico o incluso fotografía».
En la jerarquía de las artes escénicas el vídeo en directo, se ha situado el último en la cola. Aunque su obra creativa sea expuesta y tenga visibilidad. Esperamos que este año se multipliquen las oportunidades de ver apuestas visuales avanzadas. Sus baluartes, como Javier Sala, sólo deberían sentirse escondidos, escorados, en el escenario, cuando están en acción. Para que tengamos experiencias completas, ojalá sean más protagonistas en la programación cultural alicantina de este año.
