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Cuando el lugar es un misterio

¿Y si las coordenadas exactas se desvelan unas horas antes de la celebración del evento?

Cuando el lugar es un misterio Mauro Moya.

Es lo que hacen iniciativas como Villasonora, o lo que hizo en su día Transtropicalia: apostar por un contenido musical de calidad, por fomentar la convivencia en sitios singulares y por entregar experiencias nuevas gracias también auna oferta multidisciplinar.

En contra de la tradicional nota de prensa en la que vienen contestadas las conocidas «W» del periodismo (qué, quién, dónde, cómo, cuándo y por qué), proyectos musicales de la provincia prefieren guardarse en sus planes de comunicación un as en la manga y hacer el golpe de efecto en el último momento. Una manera de hacer marketing que alimentan sobretodo desde las redes sociales y que consigue mantenerte en vilo actualización tras actualización. El contenido de la propuesta y la experimentación son indispensables, pero los componentes «ubicación secreta» y «aforo limitado» provocan un efecto arrollador, al conectar con su público y crear una sensación de exclusividad y complicidad.

Así se realizaron las tres primeras ediciones de Transtropicalia, el evento musical que se celebró en una casa de campo ubicada entre Alicante y Elche. En la retina quedan los baños en la piscina, las comidas al aire libre y que público de todas las edades disfrutara conciertos como el de Nueva Vulcano, Perro o Betunizer. La cuarta, la del 2016, cambiaron de formato y sí anunciaron previamente que los conciertos tendrían lugar en el castillo de Santa Bárbara. Pero con su «filosofía e idiosincrasia», se podría decir que han creado escuela.

Desde la organización, Miguel Carratalá, cuenta que la idea de este proyecto que vio la luz en 2013, era huir de la masificación de un festival y crear un evento de día, en un entorno natural, con una relación cercana entre público y artistas y en el que hubiera «sentido de comunidad». El secretismo, comenta, además del componente de misterio, servía para controlar las dimensiones del evento, para que no se fuera de las manos y que el aforo estuviera limitado para máximo unas 300 personas. «La gente lo que quiere son experiencias nuevas, recobrar las ganas de ir a un sitio», apostilla Carratalá. De cara al futuro, asegura que retomarán la fórmula para próximas ediciones y que están trabajando para volver en 2017 con un cambio de ubicación que ya tienen localizado. Eso sí, solo ellos.

A este efecto sorpresa se ha sumado este año el colectivo Villasonora, que está removiendo también la escena y otra gran familia, la de amantes de la música electrónica. Porque si Transtropicalia solía contar con géneros como folk-pop, indie-pop o rock, Villasonora se centra en sonidos electrónicos (Deep-tech, Minimal, House?). Por ahora, han dado la campanada con un «Vermut Electrónico» en el mes de abril y el pasado octubre con una fiesta «Underground Series», que se celebró en una bodega de finales del siglo XVI.

Desde Villasonora -que nace de la promotora Ensamble Intelecto-, su coordinador, Arturo Núñez, coincide en que crear un ambiente familiar es primordial, «que al final del evento acabes conociendo de vista a todo el mundo». «El tú a tú con la gente es lo que más nos gusta», sostiene. Si desde Transtropicalia defendían que los suyos eran eventos para celebrar la contracultura y pasar a la acción, Núñez reconoce también «un tinte reivindicativo» por aquello de «reivindicar nuestras raíces» y elegir realizar los eventos en un medio rural. «Nos gusta una finca que hable, que tenga historia», asegura. Además, también subraya la apuesta firme que hacen por artistas locales que a lo mejor no han tenido mucho escaparate y que, bajo el paraguas de Villasonora, les dan la oportunidad merecida de mostrar su trabajo.

Se basan, señala, en «tres pilares»: la ubicación secreta, el aforo limitado y apostar por una línea musical-cultural. En este sentido, apunta que igual que en Barcelona, Madrid o Valencia, sí que hay propuestas parecidas, por aquí no se encuentran. Los que promueven la iniciativa, lo han experimentado en ciudades como en Londres o en Berlín durante estos últimos años y ahora que se han reencontrado en Alicante, han puesto todas esas ideas encima de la mesa. Y así es como ha surgido Villasonora. De forma natural.

Igual de natural que es continuar con un proyecto que está generando tanta ilusión. Avanza que, de cara al año próximo, repetirán vermut electrónico, seguramente en torno a abril-mayo, haciéndolo coincidir con el primer año de Villasonora. Y también anuncia alguna edición más de la Underground Series, así como nuevos proyectos que están ideando en estos momentos. Habrá que estar atento a sus convocatorias para reservar, sin saber dónde, nuestro sitio.

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