Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

¿Cerrar el MACA?

La autora denuncia la situación del Museo de Arte Contemporáneo de Alicante, claramente marginado por la Generalitat

Exposición en el MAC con obras de «la colección CAM». jose navarro

Desde que se fundó el museo del Prado (1819), el conjunto Madrid-El Prado ha sido uno de los referentes de la cultura europea. Pintores, intelectuales, políticos, el público o turista mayoritario viene a Madrid a ver a Goya, a Velázquez?. Desde sus orígenes, con esa lúcida visión de recoger y mostrar al público sus colecciones de arte, los diferentes gobiernos han protegido o respetado este enclave maravilloso en la ciudad, sabiendo que esa es la presencia que tiene nuestro país en el mundo. Sin el Prado qué habría sido de Madrid en la cultura internacional. La visita de Manet al Prado cambió la historia de la pintura en Europa, vino a ver a Velázquez y se encontró con Goya, su maja, la Olimpia de Manet, revolucionaría la pintura del XIX, anclada en prejuicios y normas.

Esta visión de reunir obras de indudable calidad de los autores más importantes que han dado los siglos, supone el esfuerzo continuado por parte de una sociedad que se quiere poner en valor y ser parte de la cultura universal. Así, desde esta perspectiva, los museos también han ido conformando a la sociedad. El conocimiento de su obras ha ido creando una dinámica en sus universidades, en sus salas de arte, en su arquitectura, en su diseño; su visión de globalidad incide en la creación de empresas, en el urbanismo, es decir, en la cultura de una ciudad en todos los ámbitos y niveles. A finales del XX, España no tenía un museo representativo del arte de este siglo, por ello los primeros gobiernos democráticos propiciaron la aparición del Reina Sofía (1992), buscando esa modernidad que poseía el Beaubourg, creado en 1977. Era evidente que a Paris, con su patrimonio histórico, no le hacían falta más reclamos turísticos, pero ¿y la modernidad? Era necesario tener un reflejo de lo que estaba pasando, participar de manera importante en ese diálogo de la cultura que es de continuidad y presente.

Esta visión de modernidad se concretó en espacios como el IVAM (1989), el Guggenheim de Bilbao (1997), y en las diferentes capitales de provincia se crearon museos, centros de arte contemporáneo. Si nos acercamos al Guggenheim de Bilbao, vemos que además de las grandes exposiciones de gran impacto multitudinario, han apostado desde el principio por los artistas locales, siempre encontramos exposiciones de estos, y otros proyectos que contemplan fundamentalmente la relación entre el museo y la ciudad, la provincia, el País Vasco?. Guggenheim-Bilbao ya es un binomio indiscutible, en ese encuentro necesario para cualquier visitante que venga desde fuera. Guggenheim-Bilbao como Louvre-París, Prado-Madrid. IVAM-Valencia, CAC-Málaga. Cuando uno dice IVAM dice Valencia. En esa conjunción está la clave de la prosperidad, de la modernidad, de la cultura, de la identidad de una ciudad, de una sociedad, a nivel nacional e internacional. Esto es una realidad de la que, a estas alturas, nadie duda.

Pero el funcionamiento de los museos no siempre ha sido el más apto para conseguir estas cotas de excelencia. Su gestión ha sido fiel reflejo de la mala interpretación de los recursos de una sociedad democrática, sufriendo la injerencia política, presupuestos escasos, el famoso dedazo en la creación de sus programaciones. Llevando lo que podría haber sido un proyecto de modernidad, de progreso, al más absoluto caos y anonimato. Pero las asociaciones, los artistas están exigiendo el cumplimiento de las buenas prácticas, la transparencia en la gestión de los museos de arte contemporáneo de sus ciudades. El último caso lo tenemos en la polémica levantada en Valladolid, ante la posible pérdida de la colección que da entidad al Museo Patio Herreriano. Los artistas han enviado un manifiesto al Ayuntamiento, firmado por artistas e intelectuales de toda España, exigiendo el poder definir lo que quieren que sea su museo, con la elección pública de su director, un museo abierto a la ciudad, que tenga una rentabilidad social, con un plan de viabilidad económica y conceptual, con el empleo de palabras como excelencia, buenas prácticas, rechazando cualquier intento de vulgarización de la cultura?.

Si miramos a Alicante, se van a cumplir casi cuarenta años de la creación de su museo de arte contemporáneo, uno de los pioneros y el único con colección propia, pero qué pasa con el MACA (1978), dónde está el museo. En ningún sitio. El visitante no viene a Alicante por el MACA, pero tampoco el ciudadano alicantino lo conoce. Su inauguración fue un evento de carácter nacional e internacional, por el valor de una colección de arte hecha por Eusebio Sempere, una selección exquisita que muy pocos museos tienen, con algunas obras fundamentales como la escultura de Millares. El valor de esta colección es indudable pero el museo todavía hoy no ha conseguido tener entidad jurídica de museo, por lo que no tiene una dirección de museo, un planteamiento museístico, un presupuesto adecuado a su importancia.

Valencia creó el IVAM con el dinero de todos los valencianos, y lo creó teniendo que comprar la colección de Julio González, pues no tenía una colección como la de Sempere, que quiso llevarse. Pero los alicantinos también hemos contribuido a la creación del Centro de las Arte y las Ciencias, del Palau de la Música?, que tienen una dotación económica millonaria todos los años. Y Alicante qué, ni un euro, la desproporción es insultante. Nunca nuestras instituciones culturales han recibido dinero de la Generalitat a pesar de que contribuimos con un 37%, pero la última excusa es que estamos intervenidos. Me satisface ver al gobierno valenciano reclamarle al Estado unos presupuestos justos para la Comunidad Valenciana. Pero por las mismas razones no se entiende que nuestros políticos no sean tan rigurosos en cuanto a la relación Alicante y Generalitat.

¡Cómo se ha hecho todo tan mal para que el MACA no sea un museo después de casi cuarenta años! La labor del MACA no responde a un proyecto que podamos contrastar. De la exposición que ha realizado de artistas ajenos a la colección de Sempere no podemos dilucidar una lectura que promueva el conocimiento del arte contemporáneo, o del arte del siglo XX. El MACA es la sala de la Colección CAM, de los coleccionistas privados, es la sala del Consorcio de Museos. Apenas tiene una producción propia. Da cobertura a estas otras entidades para no evidenciar la falta de proyecto. Y no responde a la necesidad de cultura de la sociedad de Alicante, sino a la precariedad de quien lo dirige sin proyecto, sin dinero, sin la independencia que debe tener una institución cultural. ¿Quién toma las decisiones de que expongan ahí determinados artistas, y por qué, cuáles son sus criterios?

Si no hay presupuesto deberían cerrar el MACA, pues sin rentabilidad cultural, social, estamos ante un gasto excesivo. Sería un trauma, pero seguramente sería una noticia con gran repercusión nacional con la que se denunciaría esta desproporción presupuestaria. El museo lo está aguantando el Ayuntamiento, sin presupuesto para ello. ¿Quiénes son los responsables de que este museo después de tantos años todavía no funcione como un museo? Los museos de Valencia y Castellón reciben millones de euros de la Generalitat. El IVAM acomete unas obras de remodelación, Alicante nada. ¡Cerremos el MACA! Sin presupuesto estamos haciendo el ridículo más espantoso. Hablen con cualquier gestor o artista valenciano y notarán la risa contenida. El IVAM le da sentido a Valencia, le da carácter, le da las pautas de la cultura. En Alicante, los concursos convocados por la Concejalía de Cultura son una muestra de la falta de respeto a la profesionalidad en la gestión de la cultura. Quizá reflejo de lo que sucede en su museo. ¿Por qué los políticos alicantinos no se han percatado de lo que significa tener un museo? Alicante está haciendo una gestión cultural impropia de una capital de provincia. Para el visitante solo somos playa, paella y hogueras. Pero esto no representa a la ciudadanía de Alicante.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats