Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

¿Un arte de élite, para la élite??

Últimamente oigo hablar de medidas populistas o elitistas, como realidades enfrentadas

Una pintura del artista urbano británico Banksy. pilar cortés

Ya desde las cuevas del paleolítico, las pinturas de las representaciones de animales y escenas de caza estaban pensadas para la colectividad. En todas las épocas, civilizaciones y culturas, desde la Grecia antigua, el arte se justifica por su carácter social. Lo que no evita que pueblos como el romano manifestaran las diferentes jerarquías en las que se había dividido esa sociedad, recreando estatuas y palacios para los que estaban en una situación de privilegio, militares, políticos, ricos terratenientes, los que constituían el poder o estaban cerca de él. Al tiempo que el Imperio se expandía y con él su cultura, tanto en calzadas, arquitectura, utensilios, diseños que sintetizaban una manera de pensar, que se hacían populares, de uso común, aunque partían de un conocimiento preciso, especializado. Este desarrollo también creó un arte, dependiendo de para qué y para quién, aunque sus formas eran entendidas por todos. ¿Se habían acabado las artes que englobaban una imagen universal? No es así de simple, había cambiado la idea de sociedad, con vencedores, vencidos, amos, sirvientes?. La religión católica promovió un arte vinculado al conocimiento de la biblia, en el que el individuo quedaba casi anulado por los misterios de la fe. Hasta que en el Renacimiento, el pensamiento más libre abrió el arte a nuevas teorías que reclamaban una mirada hacia el propio ser humano, hacia sus pasiones, sus debilidades, sus capacidades. El gusto por el retrato, por el cuerpo, por la naturaleza, reflejó el más bello impulso hacia el estudio de lo cotidiano y también de la historia.

En el mundo moderno, desde el siglo XIX, el pensamiento filosófico, político, la investigación científica, también se vieron involucrados en las manifestaciones artísticas, que experimentaban, ensayaban, haciéndose eco de esa progresiva libertad de pensamiento que asumía el individuo en todos los campos de expresión y conocimiento. El arte refleja una mayor universalidad, pero al mismo tiempo es más autónomo de las contingencias políticas o de las necesidades de representación de una jerarquía social, gremio, ideología o fe religiosa. En su propia búsqueda se encontró con la esencia de las cosas, dando lugar a conceptos cada vez más abstractos, donde los símbolos eran cuestionados, analizados, cargados de nuevos significados. La investigación científica, la geometría, las nuevas teorías físicas sobre la luz, evidenciaron que quedaban muchas cosas por descubrir. Nuevas teorías surgieron y el arte, hasta el momento, tan comprensible para todos, empezó a profundizar en sus propios conceptos y a especializarse, por lo que requería de un esfuerzo de formación para poder comprenderlo. Como la ciencia, la filosofía, como toda área de conocimiento, requiere de un esfuerzo de formación, de estudio, que no todo el mundo está dispuesto a hacer, pero la obra del científico, del artista, del filósofo está dirigida a todos sin exclusiones.

El arte no se separa del público sino que lo interpreta con la fuerza con la que el pensamiento humano se ha ido haciendo más rico en detalles, en conceptos?..

El pensar que el arte, la ciencia, la cultura, son cosa de unas élites o para unas élites es una falacia en la que se cae cuando se quiere simplificar hasta el extremo, en ese diálogo de bandos enfrentados de la política más ramplona. Pero si la vida es compleja y el arte es testimonio de la vida, solo los que hacen profesión de ignorantes, los que no entienden la vida porque no profundizan en ella, solo lo mínimo para su conveniencia, no pueden ver los misterios del arte y lo sienten como excluyente.

Los artistas son élite porque están en la cumbre del conocimiento plástico. Existen élites del dinero, y el dinero es capaz de comprar las obras, producto del conocimiento, incluso de facilitar los medios, las oportunidades para que ese conocimiento, ese esfuerzo formativo se desarrolle en obras que repercutan en el bien social. Pero no confundamos la elite del conocimiento con la económica, o creamos que el conocimiento establece la división social.

El arte se hace pensando en el conjunto de la sociedad. Todos los grandes museos del mundo tienen en común el acercar el arte al pueblo, aunque su origen fuera el coleccionismo privado. En la actualidad hay una dinámica educativa que lleva a que el arte contemporáneo sea contemplado por todos, desde el colegio. Esa frase malévola de que el arte es elitista implica una cuestión importante y es que el arte ha dejado de ser entendido, porque el arte, el artista ha ido progresando, pero las instituciones educativas no.

El arte progresa con el tiempo, el divisionismo, el impresionismo se produce por los descubrimientos de la física, conquistas que el artista va asimilando e introduciendo en su concepto de la visión y del espacio. A partir del cubismo el artista se da cuenta de que existe un proceso de síntesis, y el arte progresa a la par que la ciencia, terrenos a los que solo por medio de la comprensión se puede llegar. Es curioso que el arte abstracto haya nacido en la revolución de una sociedad que demandaba un arte no de las jerarquías sino del pueblo. El arte sigue su camino a pesar de todo, porque son los individuos quienes lo crean. El arte pierde la comprensión del pueblo cuando se entiende solo como propaganda de una determinada ideología o clase, no como conocimiento. ¿Acaso la física, las matemáticas?, no son elitistas? Sí, como todo lo que requiera de esfuerzo. Solo la persona que no se hace las preguntas piensa que esto del arte es algo de elites o una tomadura de pelo. Pero hay muchos que no se sienten burlados sino estimulados por la curiosidad y por el estudio. Y estos son los que progresan y hacen progresar a la humanidad.

El arte es la máxima expresión de la libertad. Las obras urbanas de Banksy, que no son entendidas como elitistas, surgen de Warhol, a partir de la simplicidad de una técnica popular nos están diciendo cosas muy complejas. Warhol define momentos desde la plasmación de los iconos mediáticos, Banksy, en las calles, desde la impresión de una imagen con características conceptuales, ambos van más allá de la representación. No es fácil ser Banksy porque hay que tener su conocimiento, su idea del arte, de sociedad. Su obra es conceptual porque revela una visión del mundo que es producto de una mente filosófica, creadora, plástica. Plasma situaciones, instantáneas, en las que parece que no haya que pensar, pero sí, no es solo una imagen publicitaria. Banksy ha creado ya un imaginario colectivo, lo cual es muy difícil, un imaginario que tiene que ver con el cine, la publicidad, la ilustración, el arte, donde plasma sus ideas, donde propone al espectador una imagen que lo va a retar. El arte siempre pone su carga de conocimiento a la vista de todos, te hace pensar quién eres tú, qué sociedad estás creando. Banksy es un hombre político y es anti élite, pero es élite, renuncia a las convenciones sociales de reconocimiento con su anonimato, en este aspecto representa un pensamiento contrario al de Warhol, quien basa en su imagen parte de su discurso, de su provocación. Ahí, en estas dos figuras aparentemente contrapuestas se puede evidenciar la complejidad del arte, porque asimismo la vida es compleja.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats