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Varela merece un respeto

La Diputación de Alicante pretende reunir toda la obra de Emilio Varela en el Mubag y el proyecto, en lugar de alegrarme, me alarma. No podemos decir que la trayectoria de la Diputación de Alicante en los asuntos de cultura invite, hoy por hoy, a la confianza. De acuerdo, exceptuemos al MARQ y las buenas intenciones del ADDA. Pero, más allá de esos dos ejemplos, no distingo en su comportamiento un plan, unos objetivos, que puedan conducirnos a alguna parte. Todo cuanto alcanzo a ver es el empeño de unos gobernantes en obtener un provecho político de cualquier asunto cultural que traten. Ya sabemos a dónde conducen esos comportamientos, y por ello mismo esperábamos del nuevo gobierno de la Diputación un cambio en las formas de gobernar que no se ha producido.

Hace quince años, si no ando equivocado, que se inauguró el Mubag. ¿Nos podría decir el señor diputado de Cultura qué hemos avanzado en todo ese tiempo? Quince años son un plazo más que suficiente para que un museo desarrolle un plan de trabajo, se labre un nombre, tenga un currículo. Pues, bien, ¿cuál ha sido el plan de trabajo del Mubag en ese periodo? ¿Qué estudios, qué análisis se han hecho de nuestros pintores, qué publicaciones se han editado? ¿En qué ha contribuido el museo a revalorizar la obra de todos ellos? En resumidas cuentas, ¿qué imagen ha ofrecido el Mubag del arte realizado en la provincia de Alicante? En quince años, no hemos visto en el museo una línea de exposiciones, un objetivo, un propósito destinado a realzar y poner en valor el arte alicantino. Aparte de servir de almacén para las obras -en unas condiciones admirables, digamos esto en favor de los técnicos del museo-, ¿para qué sirve hoy el Mubag? ¿Cuál es su utilidad social?

En esas circunstancias, ¿qué valor tendría reunir la obra de Varela en una pinacoteca que trata tan mal a sus pintores? Que quede claro: no me opongo a la idea, pero antes deberíamos convertir al Mubag en un verdadero museo y no conformarnos con el contendor que es en la actualidad. Llevar las obras de Varela al Mubag sin variar su estado sería enterrar al artista en un mausoleo. Varela es un pintor muy estimable y, por respeto a su trabajo, a su obra, hay que tratarlo como se merece. Necesita una mirada crítica, desapasionada, que lo sitúe en su lugar, y una exhibición de sus obras -no todas, por favor- en el marco adecuado.

Lo peor que podríamos hacer con Varela es convertirlo en una gloria local. Si sólo lo valoramos porque el tema de sus cuadros es Alicante, no llegaremos muy lejos en la defensa del artista. Hace falta inteligencia y no poco trabajo para situar al pintor en los circuitos del arte, en los que no está actualmente. Varela merece, sin duda, el esfuerzo, pero esto no se logra convirtiéndolo en el estandarte de la política de un partido. Cuando se presente un plan serio para exhibir su obra, creeremos que estas personas estiman de verdad al artista y no pretenden tan sólo beneficiarse de su nombre.

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