«Pensar que los medios de comunicación podrán dar tanto beneficio el día de mañana como lo dieron en el pasado es un puro ensueño». Esta es la dosis de realidad que nos inocula la lectura de Salvar los medios de comunicación, basado en la situación existente en Francia y Estados Unidos (apenas hay referencias a España). La crisis de la prensa escrita pisó el acelerador a finales de la década del 2000, pero esa crisis no es achacable solo a Internet según la economista francesa Julia Cagé. En su último libro, descarta totalmente que la financiación «integral mediante las ventas y la publicidad sea el modelo adecuado» para unos medios de comunicación, que cada vez tienen menos periodistas en sus redacciones y que suelen reducir costes en detrimento de la calidad. «Los contenidos de pago son el futuro de una industria de la que está huyendo la publicidad», sostiene Cagé, quien muestra la progresiva tendencia al agotamiento de la inversión publicitaria en los medios, una «corriente de fondo» que no se invertirá. La autora afirma que los medios en formato papel están destinados a desaparecer y que lo importante es que se produzca información de calidad. El salto a lo digital no puede producirse (como se ha dado) a costa de la investigación periodística.
A más productores de información, más debilidad de los medios, porque la información se recoge, se transmite y se duplica, pero esa información se reproduce sin pagar. Otro problema, en este sentido, es que los internautas o blogueros sean considerados periodistas, a pesar de su incompetencia a la hora de transformar hechos en noticias; de ahí el importante papel de las agencias de prensa como filtro de murmullos o rumores, puesto que su función es proporcionar una información rápida, verificada y completa, que después nutrirá a otros medios. Las agencias de prensa «mutualizan los esfuerzos para recabar información y ganar eficacia» algo de lo que se suelen beneficiar los medios locales. Curiosamente, Cagé achaca el absentismo electoral al «aumento general de la competencia entre los medios», es decir, a más medios, menos votos fruto de la saturación informativa y del cansancio del electorado.
La propuesta salvadora de Cagé consiste en que los medios se rijan por un «estatuto de sociedad de medios de comunicación sin ánimo de lucro», que evite que el poder pueda ser acaparado y que dote a los trabajadores de voto junto con aquellos que han invertido en el medio. Otro tema es que esta solución se lleve a cabo en España.
