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Acorde con los tiempos

Durante su año y medio de andadura, la música ha ido ganando espacio en Pynchon&Co

Los Antideslizantes en la presentación de Nastiplastic en Pynchon&Co. nastiplastic

Como reseñan en su web, este establecimiento, que vio la luz en octubre de 2014, arrancó con la idea de ofrecer a la ciudad de Alicante «un espacio cultural que, aunque consagrado principalmente a la literatura, esté abierto también a otras disciplinas artísticas». Dicho y hecho. Durante este tiempo, y teniendo como fuente de inspiración otro proyectos como el de La Biblioteca de Babel en Palma de Mallorca, han dado cabida a charlas, exposiciones y a un largo etcétera, consolidándose como un nuevo planteamiento de librería en Alicante.

«Queríamos que fuera algo más que una librería y uno de los elementos culturales que estaba claro que iba a entrar?era la música», señalan Carmen Juan y Sara J. Trigueros, dos músicos, la primera flautista y la segunda pianista, y quienes están al frente del día a día de Pynchon&Co. (Un equipo que, además de los propietarios, se completa con la incorporación de Celia González). Por deformación profesional, se podía predecir que la música acabaría encontrando su espacio reservado. Quizás también porque Telma Bonet, la socia del propietario de la librería, Manuel Asín Galiana, está ligada a la Sociedad de Conciertos. Y aunque podría haber ocurrido de otra manera, fue la llegada de un piano el año pasado, «una cesión muy generosa por parte de Clemente Pianos» -recuerdan-, la que provocó de manera casi fortuita la entrada de la música en el interior de la librería.

En la actualidad, está a disposición de la actividad que se vaya a realizar, si al autor le apetece que se incorpore. Sobre todo, añaden, se ha utilizado mucho para acompañar recitales. Y también, si se tercia, por parte de cualquier cliente que se anime a tocar unas notas. No obstante, no todo gira en torno al piano, señalan. Pero «sí que es verdad que su llegada abrió las puertas» y, a partir de ahí, se empezó a programar conscientemente una actividad musical, que procuran que tenga un evento al mes. De esta forma, entre una cuidada agenda centrada en el libro (presentaciones de títulos nuevos, talleres de escritura, clubs de lectura?), han encontrado su hueco actividades vinculadas a la música.

Una vez probada la acústica del espacio, se atrevieron a probar otras cosas, siempre y cuando se lo permitiera las limitaciones del espacio. Echando la mirada atrás, durante el año pasado y ante audiencias limitadas a unas 50 personas máximo, pudieron presentar disco en la librería fantásticos pianistas como Carlos Izquierdo o Sylvia Torán. Después de aquello, también se «coló» la música en forma de fotografía con la exposición de El pianista mínimo de Carlos Izquierdo o con un concierto de Los Antideslizantes, un grupo ilicitano de música surf que amenizó la inauguración de una exposición de ilustraciones de Nastiplastic.

Por otro lado, fruto de que un cliente es profesor de piano, la segunda semana de este mes de mayo se programó una audición con alumnos, una ocasión única para los estudiantes, de edades comprendidas entre los 7 y los 10 años, que pudieron empezar a soltar el miedo escénico. «Viene muy bien a los músicos enfrentarse al público cuando estás estudiando. A los pianistas especialmente porque su formación es en solitario», opinan. En este sentido, también avanzan que están en conversaciones con el conservatorio para estudiar la posibilidad de alguna colaboración de estas características. De cara a los próximos meses, están planeando la actuación de una cantautora y la de un grupo de metal alicantino.

Música para leer

Al principio, recuerdan, la sección de música estaba con la de cine. Con el paso del tiempo, fue ganando espacio en las estanterías y acabó adquiriendo un espacio propio. Entre las publicaciones más interesantes, las de Alia Vox, encargada de publicar los trabajos, entre otros artistas, de Jordi Savall, y que arriesga con una especie de simbiosis entre cd y libro. Y, recuerdan, entre otras rarezas, un tratado que tuvieron de voz femenina en ópera.

Por ofrecer sólo unas pequeñas pinceladas, hoy en día se puede encontrar, desde libros publicados por la editorial Blackie Books como Instrumental, de James Rhodes, o Música de mierda, de Carl Wilson, hasta una biografía de Frank Zappa o tesoros difíciles de encontrar en Alicante como la biografía de Miles Davis, un cómic de Billie Holiday recientemente publicado, el de la historia del Black Metal o la evolución del blues en cómic. También publicaciones sobre flamenco o libros de historia de la música de la editorial Akal, que son referencia.

«El mundo editorial se está transformando, no dejan de estar especializados, pero sí se abren a más ámbitos», observan. Por ejemplo, la editorial Malpaso, que publica novelas normalmente, pero que también incorpora ensayos de una línea de música bastante punk. Desde su punto de vista, actualmente la especialización «no es ya ni tan exagerada ni tan excluyente. Hay una especie de hibridación en la cultura». Por eso es una suerte contar con un espacio en la ciudad como Pynchon and co que se abre a todas las disciplinas artísticas, que se atreve a tocar todas las teclas.

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