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Cuestión de hábitos

Este marzo estaba prevista la publicación del Plan Estratégico para la Cultura de la autonomía

Para este mes de marzo estaba prevista la publicación del Plan Estratégico para la Cultura en la Comunidad Valenciana, lo que aún no ha sucedido a la hora en que escribo estas líneas. Todo indica, sin embargo, que su presentación será inminente. Hace unos días, durante su visita a Alicante, el conseller Marzà dijo que «en el plan que presentaremos en las próximas semanas tendrá un gran peso el proyecto de Las Cigarreras». Las palabras de Marzá eran una respuesta a la proposición del concejal Daniel Simón para convertir Las Cigarreras en un centro de producción artística. El proyecto de Simón es ambicioso; exigirá talento y dinero para llevarlo a cabo. Si lo logra, podría ser un estímulo para mejorar el bajo estado de ánimo que vive la ciudad.

Marzà también habló del Museo de Arte Contemporáneo (MACA) y del teatro Arniches. El conseller desea que el Arniches tenga una producción propia y no se limite sólo a las representaciones, como sucede en la actualidad. Es lo que corresponde a un teatro de sus características. Hasta ahora, no se había hecho porque el Partido Popular jamás tuvo interés en la cultura, y mantuvo al Arniches en un estado vegetativo. En cuanto al MACA, se trata de que llegue el dinero de la consellería, lo que no sucede ahora por tratarse de un museo municipal. Lo primero será formar el Patronato y, a partir de ahí, resolver los trámites administrativos. El asunto no parece complicado. Si, como ha dicho Marzà, hay voluntad de solucionarlo, podría tener un buen final. Las intenciones de la consellería son, pues, inmejorables. Hacía décadas que en Alicante no veíamos a un conseller de Cultura expresarse con tanta resolución. Es una novedad a la que no estábamos acostumbrados y que nos ha pillado a todos por sorpresa. Marzà da la impresión de ser un hombre que se toma las cosas en serio; se nota que quiere quedar bien. Ahora, habrá que pasar de las intenciones a los hechos, algo que, en mi opinión, no será fácil. Alguna vez, he escrito sobre los problemas que provoca el centralismo valenciano. Es una actitud difícil de erradicar porque se asienta en un comportamiento de muchos años, que se ha convertido en hábito. Para llevar adelante estos planes, no bastará con la voluntad política: necesitaremos un cambio de sensibilidad en la propia Administración.

Hace unos meses, la consellería encargó el Plan Estratégico para la Cultura a un grupo de economistas de la Universidad de Valencia, Econcult. Se trata de profesionales respetados en su trabajo, con una práctica probada en esta clase de cuestiones. Para conocer la situación, Econcult reunió a diferentes personas que trabajan en el mundo de la cultura. Profesionales del teatro, de la música, del arte, de la danza, del libro, desfilaron por estas reuniones donde se tomó el pulso al estado de nuestra cultura. Si el lector busca en Internet la lista de los convocados -es fácil de encontrar- y mira la procedencia de cada uno de ellos, entenderá a qué me refiero cuando hablo de centralismo valenciano.

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