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La sociedad red

Los ingresos generados por las industrias culturales y creativas en el mundo superan a los que generan las empresas de telefonía

La etiqueta «Industrias Creativas» fue reconocida institucionalmente en Gran Bretan?a ya en 1998 como competencia del Ministerio de Cultura, Medios de Comunicacio?n y Deporte del aquel país. Abarca «las actividades que tienen su origen en la creatividad, la habilidad y el talento y que son potencialmente generadoras de riqueza y trabajo a partir de la creación y explotación de la propiedad intelectual». La denominación recibió un definitivo impulso con la publicación, en abril de 2010 (durante la presidencia española de la Unión Europea), del Libro Verde de las Industrias Culturales y Creativas de la Comisión Europea, ideado para potenciar a los profesionales y empresas de la cultura como catalizadores de riqueza y para reforzar la percepción social sobre el papel de la creación, la producción y el patrimonio cultural como elementos motores de la sociedad contemporánea. Y ello, en cierto modo como paradoja y reto, en un contexto, inédito hasta la fecha, de una sociedad red que propicia una creatividad digamos democratizada, mancomunada, colectiva, que obvia a los intermediarios clásicos y hace de la circulación -enriquecedora- el valor supremo.

Ciertamente, el trabajo creativo que interviene en los productos y servicios generados por las industrias creativas esta? lejos de ser explicado convenientemente y de ser puesto en valor. Ello es debido a la elevada volatilidad, dinamismo y riesgo de ese trabajo y al hecho de estar recorrido por habilidades a menudo ta?citas e informales, lo cual hace sumamente difi?cil vincular el proceso creativo a una profesión reconocida y remunerada en consonancia con la generación de riqueza que procura.

Según el Informe sobre la Economía Creativa, publicado por la UNESCO en 2014, los ingresos generados por las Industrias Culturales y Creativas en el mundo superaron en 2013 a los que generan las empresas de telefonía. Las ICC dan trabajo a 30 millones de personas en todo el mundo, el 1% de la población activa mundial, y constituye uno de los sectores productivos que emplea a más gente joven, a más mujeres, y con una tasa muy alta de negocios de pequeños emprendedores. En los países desarrollados, el peso del sector sobre la economía ronda el 5%, con una tendencia creciente (desacelerada por la crisis, sin embargo).

La propia UNESCO creó en 2004 la Red de Ciudades Creativas, que cuenta a día de hoy con 116 miembros. Se trata de ciudades que han decidido alentar la creatividad como factor estratégico para un desarrollo urbano sostenible. Los miembros colaboran en el objetivo común de situar la creatividad y las industrias culturales en el centro de sus planes de desarrollo en el ámbito local, pero también cooperar con ciudades del mundo en vías de desarrollo para poner en valor la economía creativa, en particular el turismo. Al asociarse a la red, las ciudades se comprometen a compartir conocimientos, experiencia, habilidades directivas, tecnología y experiencias exitosas, y a buscar socios, tanto públicos como privados y de la sociedad civil, en vistas a: 1) fomentar la creación, producción y distribución de actividades, bienes y servicios culturales; 2) desarrollar nichos de creatividad e innovación y ofrecer oportunidades a creadores y profesionales del sector cultural; 3) mejorar el acceso y la participación de los ciudadanos en la vida cultural, en particular de los grupos sociales más desfavorecidos y vulnerables y 4) integrar plenamente la cultura y la creatividad en planes de desarrollo sostenible. Las ciudades se integran en la red por la excelencia y la puesta en valor de alguno de los siguientes ámbitos creativos: artesanía, artes populares, artes digitales, diseño, cine, gastronomía y música. Entre ellas, hay seis españolas: Sevilla (música), Granada (literatura), Bilbao (diseño), Barcelona (literatura), Burgos (gastronomía) y Denia (gastronomía).

Para una panorámica sobre la comunicación de muchas industrias culturales y creativas en Alicante y provincia, cfr. el nº 65 de la revista Canelobre (junio de 2015), titulado Imagen, diseño y comunicación en Alicante (1975-2015).

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