Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Algo se mueve

Todo indica que, después de tanto tiempo, Alicante dispondrá por fin de una política cultural

Quienes sigan con atención la vida cultural de Alicante, habrán podido advertir los cambios que se están produciendo en la ciudad. Son cambios todavía modestos pero que anuncian cuanto está por llegar. Así, al menos, lo quiero creer yo. Todo indica que, después de tanto tiempo, Alicante dispondrá por fin de una política cultural. Falta nos hace. Los pasos que ha ido dando Dani Simón en la concejalía de Cultura se dirigen en esa dirección, y habrá que estar atentos a las futuras decisiones. Ya sé que algunas personas consideran insuficiente lo conseguido hasta ahora, y desearían una mayor actividad. Es comprensible, pero no es fácil superar en unos meses veinte años de atonía cultural.

A mi juicio, el hecho más relevante de la nueva situación es el acuerdo al que han llegado los concejales de Cultura de Alicante y Elche para coordinar su trabajo. Es una noticia magnífica. Muestra la manera de hacer las cosas cuando pretendemos alcanzar algún resultado práctico. Las relaciones entre Alicante y Elche están sobradas de mala literatura y de un teatro excesivo. Llevamos treinta años hablando de grandes actuaciones territoriales que no nos han llevado a ningún lado. Es lo que suele pasar cuando se teoriza en exceso. Han debido llegar dos personas con sentido común y ganas de trabajar para que se produzca el primer acuerdo. No sabemos cómo terminará la aventura, pues es mucho cuanto queda por hacer. Pero si pretendemos que Alicante y Elche se entiendan y aprovechen la fuerza que resulta de esa unión, deberemos trabajar en esa línea.

Otro punto de interés lo ofrece el Teatro Principal. Bajo la dirección de Paco Sanguino, el teatro ha cobrado nueva vida. Todavía habrá que esperar un tiempo para ver cuál es la respuesta del público, pero la programación del teatro resulta más actual e incisiva. Durante los años pasados, la cartelera del Principal respondía a esa idea convencional de la cultura que se había instalado en la ciudad. Echábamos en falta esas obras capaces de estimular nuestra conciencia y sacudirla que debemos exigirle al teatro. Ahora, comienzan a programarse. Con buen criterio, el nuevo director no ha renunciado por completo a lo comercial: hacerlo, hubiera sido un suicidio económico y una injusticia con ese público que busca en el teatro un entretenimiento. Por último, está lo que considero un gran acierto: abrir el Principal a los jóvenes para crear el público futuro.

Todavía hay una buena noticia más: la programación cultural que ha iniciado la Universidad de Alicante en su sede de Ramón y Cajal. La llegada de Jorge Olcina a la dirección le ha dado dinamismo a la institución. Ahora, vemos una intención, un propósito que echábamos a faltar. Incorporar la ciencia a este programa ha sido todo un acierto y, entre nosotros, una novedad: hoy en día, no podemos hablar de cultura sin contarcon la ciencia.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats