Hace algo más de diez años, estuve en Málaga, con motivo de la visita obligada al nuevo Museo Picasso y al Centro de Arte Contemporáneo CAC. Y exceptuando la fantástica imagen que proyectaban estos dos centros de arte, la ciudad aún permanecía sucia, caótica, culturalmente exigua, descuidada. Pensé que Alicante estaba mejor, al menos, más limpia. Pero los años han pasado. En Málaga se tenía el propósito de cambiar su realidad y lo han conseguido. Hay varios museos Picasso por el mundo. Pero Málaga quiso aprovechar ser el lugar de nacimiento de este gran artista para intentar convertirse en una ciudad internacional y lo ha logrado. En el Museo Picasso de Málaga se han podido ver exposiciones de autores coetáneos a Picasso y actuales, en diálogo con sus obras: María Blanchard, Braque, Derain, Federico García Lorca, Joan Miró,?.., Giacometti, Sophie Taeuber, Max Ernst, Louise Bourgeois,? En plena colaboración con los grandes museos europeos y norteamericanos. En algunas ocasiones, la mezcla de documentos ha acercado la noción de museo de arte a la de museo de civilización. Ha revisado la fotografía, el cine, la televisión, el cómic, la ilustración, con talleres paralelos, conferencias. Todo un estudio continuado para hacer llegar al público el porqué y el cómo de la obra de Picasso y de los movimiento artísticos consiguientes.
En las negociaciones con la familia de Picasso, la condición era la de comprometerse a crear un proyecto de categoría internacional. Si Picasso está en Málaga es porque se cumplió el proyecto ambicioso y avanzado en la gestión del arte, con una dirección, con un proyecto museístico excepcional a nivel internacional, con toda la ciudad involucrada, en un edificio excepcional, y con el respaldo de instituciones públicas y privadas. Un apoyo que no tiene nada que ver con lo que supuso la donación de la Colección de Arte s. XX de Eusebio Sempere a la ciudad de Alicante, hace ya más de 35 años.
Málaga ha trabajado con mucha inteligencia y nada de improvisación, y hoy se ven sus resultados, es una ciudad brillante, llena de iniciativas culturales y empresariales. Es el nombre que aparece en las guías y periódicos nacionales e internacionales de prestigio, en su sección de cultura, de cosas qué ver en el mundo. Qué mayor publicidad. Hoy, donde Málaga ubica al Museo Pompidou, en Alicante nos encontramos un parking. Pero el causante de este cambio en Málaga no es solo el Museo Picasso. El mismo año de su inauguración, el 2003, unos meses antes, se inaugura el Centro de Arte Contemporáneo. Centro que ha ido creando su colección de arte, a partir de la política de adquisiciones del Ayuntamiento de Málaga, donaciones de instituciones y particulares, y a través de su proyecto de producción propia, simultaneando los nombres más destacados de la escena internacional con artistas malagueños y andaluces y artistas noveles del ámbito cercano. Autores de la repercusión de Tony Cragg, Gerhard Richter, Anish Kapoor, Alex Katz, Julian Opie, Santiago Sierra?, se han mezclado con artistas nacionales, andaluces, y sobre todo malagueños de diferentes generaciones como Luís Bisbe, Nono Baldera, Carlos Durán? con Ólafur Ólafsson o proyectos globales como LQNH de Rogelio López Cuenca.
Su director en la página web concreta la misión del museo: «Así el programa se articuló en varias líneas que hemos tratado de seguir minuciosamente, casi científicamente (?). La selección ha sido subjetiva en función de los aspectos, temas y géneros que nos ha parecido interesante mostrar, bien porque apenas se conocían en España, bien porque su influencia podía ser pedagógica e ilustrativa social y culturalmente. En ambos casos siempre ha habido una provocación a la reflexión, al debate, al pensamiento (?)».
El CAC Málaga colabora con los museos y centros de arte más importantes del mundo, como el MOMA, el Whitney Museum de Nueva York, la Tate Gallery de Londres, el Centro Pompidou de París? entre otros. La prestigiosa publicación de arte alemana Capital sitúa al CAC Málaga entre los 150 centros y museos de arte contemporáneo más influyentes del mundo?.
¿Y el MACA, Museo de Arte Contemporáneo de Alicante? Ya desde el primer día de su inauguración se vio pequeño, y solo contaba con la colección que le dio origen, la Colección Arte siglo XX, donada por Eusebio Sempere. Su historia, como todos sabemos, es bastante oscura, sin medios, cerrado largos años, su ampliación vino pasados más de treinta años. Los gestos realizados se han demostrado insuficientes, sin la convicción de un proyecto ambicioso. En la actualidad, parece que el MACA sigue siendo un museo pequeño, aunque cuenta con 4.680 m cuadrados de superficie. Pero si el origen de este museo fue la colección de Sempere, a lo largo de los años, ha ido asumiendo otras colecciones, donaciones como la de Juana Francés, la colección CAM, préstamo de cinco años, con el requisito de ser expuestas con continuidad. Y desde el 2011, la Colección CAM ha sido expuesta en 7 muestras, además de una permanente.
Dónde queda el compromiso adquirido con Eusebio de crear un museo alrededor de la Colección siglo XX. Por qué dar prioridad a la Colección CAM. O, por qué dar prioridad a las exposiciones realizadas desde el Consorcio de Museos, otra de las constantes de este museo, cuya trayectoria no contempla la realidad artística y cultural de Alicante, con exposiciones sobre la Colección de la Fundación Chirivella Soriano, Valencia; Arte Normativo, en Valencia,?.
Hoy se está imponiendo el modelo alemán del Kunsthaus o casa de arte, en los que se vive, se experimenta, el arte. Para lo cual hace falta criterio en la selección, en la programación de exposiciones, con nombres y obras prestigiosas y con nombres y obras no tan conocidas pero que son el presente del arte. Esto es lo que no tenemos en nuestro MACA, lo que nos está negando reiteradamente al no aceptar el más mínimo diálogo con los artistas de la provincia.
El MACA se ha convertido en un receptor de las decisiones que se han tomado ajenas al museo. Pero la realidad es que el MACA no tiene un proyecto propio, no consta en su web, sus líneas de actuación no están definidas, solo como receptor y conservador de estas colecciones. Evidentemente todos los museos del mundo cuentan con diferentes colecciones, que exponen periódicamente cuidándose mucho de alternarlas con obras externas al museo, para crear diálogo. Una colección de arte nunca está cerrada, de ahí la actividad del museo. Pero por qué la colección CAM puede ocupar el MACA, y los artistas de Alicante no pueden acceder a él. El museo debe ser libre para decidir su proyecto, y el museo es patrimonio de la sociedad alicantina. El medio más democrático para hacer partícipe a esta sociedad del destino de este museo es sacar a concurso público su dirección. El museo o centro de arte ubicado en una ciudad tiene una gran responsabilidad en cuanto a potenciar la cultura y el arte en esta ciudad. El rechazo al arte contemporáneo de Alicante por parte del MACA es incomprensible, es el rechazo a la ciudad misma.
Málaga se ha convertido en una de las ciudades europeas con más museos de mayor prestigio internacional, el Thyssen, el Pompidou, el Ruso. Y evidentemente esto no es solo una cuestión de dinero, sino de una gestión cultural muy analizada y con una visión de futuro real, en la que las líneas de actuación se cumplen científicamente. Los estudios indican que por cada euro invertido en cultura, revierten cinco en la ciudad. El rédito que se saca con estos museos es superior a la cantidad invertida. En Alicante, después de muchas vicisitudes y mucha incomprensión con respecto a la función del museo, nos encontramos con un MACA cada vez más hipotecado, sin proyecto propio, en una situación inviable, sin dinero, sin patrocinadores que confíen en sus posibilidades?.
La Colección de Sempere es la visión de un artista, ni se puede quitar ni añadir ninguna obra. Pero el museo debe estar abierto al diálogo contemporáneo, analizando las propuestas y los movimientos que estas obras han motivado. El MACA, al no tener proyecto, acepta lo que le venga, así que siempre está y estará lleno. Un verdadero director con un proyecto propio jamás admitiría el tener un condicionante como el que impone la colección CAM, o el Consorcio de Museos, con una presencia casi en exclusividad.
