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Cuando Malkovich es Marilyn, Dalí o Picasso

El fotógrafo Sandro Miller y el actor John Malkovich rinden homenaje a los mejores retratos fotográficos del siglo XX en un trabajo que lleva a cabo nuevos remakes en los que el actor suplanta a grandes personajes del cine y la cultura

Cuando Malkovich es Marilyn, Dalí o Picasso

Gracias al cine, el remake -o nueva versión de una obra- ha adquirido estatus de género o de subgénero cinematográfico a la vista de su densidad creativa en las últimas décadas por parte de la industria del cine y sus autores. Desde otros frentes, las artes plásticas y la llamada «apropiación artística» forma pareja desde hace tiempo y de hecho con el arte contemporáneo, en esos vasos comunicantes y siempre renovados entre original y copia. Entre fidelidad y transgresión. El fotógrafo Sandro Miller con la colaboración de un intérprete como John Malkovich, ha dado una nueva vuelta de tuerca al género de la apropiación o la copia esta vez con la fotografía histórica del siglo XX como campo de lectura. De territorio expresivo.

Sandro Miller, que cuenta en su trayectoria profesional con más de tres décadas en el mundo de la fotografía de moda y de la publicidad así como con una galería de retratos protagonizada por el Gotha del mundo del espectáculo y la sociedad, con la ayuda de Malkovich se embarcaba en uno de sus proyectos mas arriesgados: El remake de algunas de las más celebres fotografías del siglo XX sin caer en el pastiche ni la parodia como posibles destinatarios.

Malkovich, Malkovich, Malkovich. Homenaje a maestros fotógrafos, nombre del trabajo fotográfico, se ha podido ver a lo largo del pasado verano en el festival de fotografía Les Reencontres de Arles como una de las exposiciones estrella del certamen. El proyecto está construido -como eje expresivo- a partir de la personalidad y la trayectoria del actor americano que, a lo largo de más de treinta años de itinerario cinematográfico, ha dado muestras de su ductilidad y sus dotes creativas para transformarse en los personajes más diversos sobre la pantalla.

Actor y fotógrafo, que ya habían colaborado en otros proyectos, volvían a reunirse para un trabajo singular: Un homenaje a los grandes maestros de la fotografía, Philippe Halsman, Dorothea Lange, Diane Arbus, Bert Stern y otros clásicos de la fotografía del siglo XX. Después de una selección previa, alrededor de 34 posibles imágenes para «copiar», Miller se reunió con Malkovich para concretar el trabajo. Como inicio y primera fotografía de la sesión no había ninguna duda por parte de los dos: El célebre retrato de Picasso realizado por Irving Penn en 1957 en la villa de «La California» en la Costa Azul donde reside del pintor. «Esta fotografía -señala Miller- con el rostro de Picasso fue decisiva a la hora de convertirme en fotógrafo, y por fuerza el proyecto debía comenzar recreando ese retrato».

Desde la relectura irónica o dramática, Malkovich y Miller han realizado un nuevo ejercicio de fetichización para unas imágenes ya convertidas en clásicos de la fotografía. El rostro del actor mudando de personaje y de identidad sexual transforma la práctica del remake o de la copia en un nuevo revelado plástico, icónico, a la vez fascinante y misterioso en ese juego eterno entre lo real y lo ficticio, entre lo verdadero y lo falso. Malkovich proyecta toda su fuerza expresiva, sus dotes de transformismo y simulación y de irreverencia «apropiándose» sin ninguna clase de escrúpulo artístico de todo tipo de personajes: Mick Jagger en el original fotografiado por David Bailey como uno de los iconos de los años del Swinging London, Salvador Dalí (Philippe Halsman), John Lennon y Yoko Ono (Annie Leibovitz), Albert Einstein (Arthur Sasse), el Che Guevara (Alberto Korda), Pablo Picasso (Irving Penn), Alfred Hitchcock (Albert Watson), o una crepuscular Marilyn Monroe en su célebre y última sesión de fotos para el Vogue fotografiada por Bert Stern.

El balance final, el remake como una de las más bellas artes impostoras, y la copia como sublimación y a la vez desmitificación del icono original. Y todo eso, además, sin necesidad del photoshop.

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