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La exhibición + Humanos en Barcelona explora el futuro de nuestra especie ante la evolución del ecosistema y los avances tecnológicos

Cartel de la exposición + Humanos. El futuro de nuestra especie, en Barcelona. información

Cuando uno asiste a una exposición dedicada al «futuro» lo mínimo que espera es ser recibido por algún solícito robot u holograma que le amenice la entrada. Qué menos que esta pincelada de cortesía para quien aguarda unas horas de entretenido futurismo. Lo didáctico, lo científico e incluso la reflexión artística, tendrán habitualmente mayor o menor éxito en función del surtido de sensores digitales, dispositivos de realidad virtual y criaturas interactivas esperando en la sala para acechar al espectador. Otro tema es si este mejunje de enfoques y lenguajes podrá trascender su lógica del espectáculo y ofrecer algo más allá de la anécdota. Resulta así bastante grata la visita a la muestra + Humanos que actualmente exhibe el Centre de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB). Al margen de los citados efectismos y del amplio margen especulativo de estos temas, la sensación que acompaña al visitante tras la salida no es la de la intrascendencia a la que nos acostumbran estos actos. La exhibición, que llega como continuación del trabajo realizado por la comisaria Catherine Kramer en la Science Gallery del Trinity College (Dublin, 2011), se muestra sólida, inteligente, e incluso incisiva cuando se trata de abordar nuestras reflexiones; también es cierto que cuenta con unos cuantos especímenes mecánicos deambulando por sus salas.

En + Humanos el eje central lo marca el futuro de nuestra especie. Dividida en cuatro áreas generales, Capacidades Aumentadas, El Encuentro con Otros, Diseñando el Entorno y finalmente La Vida en los Límites, la línea de trabajos plásticos comparte espacio con una diversa gama de investigaciones científicas y productos comerciales, complementados con los oficiosos vídeos y paneles explicativos. Es quizás esta área final, la que mejor título aporta al conjunto ya que, en última instancia, la mayoría de las propuestas terminan girando alrededor de los límites y su trascendencia. Límites de la muerte, límites del cuerpo, límites éticos, etc. En la sala dedicada al El encuentro con Otros, por ejemplo, se aborda la otredad y el peculiar devenir de nuestras relaciones confrontando piezas tan diversas como la primera novela escrita íntegramente por una computadora, Amor Verdadero (D'astrel SPB Ediciones, 2008), con los kits de análisis de ADN que la empresa Instant Chemistry vende para saber si eres compatible con tu pareja. En el área Diseñando el Entorno, se cuestiona nuestra adaptación al futuro mostrando, entre otras piezas, las operaciones quirúrgicas planteadas por Agatha Haines para que los bebés estén mejor adaptados a las problemáticas del ecosistema, o las investigaciones sobre la capacidad menguante del ser humano de Arne Hendriks para evitar la superpoblación y la escasez alimentaria.

Que un ordenador -asesorado por informáticos y filólogos, eso sí- sea capaz de hacer una variación de la Ana Karenina de Tolstói al estilo de Haruki Murakami, deja en nuestra romántica imaginación el mismo sabor de boca que el dispositivo salival de Instant Chemistry. Lo mismo que imaginarse a tu retoño con pliegues craneales para que pueda soportar mejor el aumento del calor que aportará el deterioro de la capa de ozono. Por otro lado, a los bajitos la idea que la población mengue hasta el metro de altura puede que no les produzca tantos sentimientos encontrados. El caso es que + Humanos ofrece robots, desagrados y sonrisas, pero también algo que pensar.

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