Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Elegante

El autor reflexiona sobre aunar los términos «belleza» y «elegancia» en arquitectura

Elegante

Durante el último fin de semana del pasado mes de julio, caminando con mi hijo Óscar por Park Avenue, en el tramo que corresponde al Midtowm de Manhattan, llegamos al sector donde se encuentra el edificio Seagran, que el arquitecto Mies van der Rohe proyectó y construyó entre los años 1954 a 1958. Le comenté entonces que, a mi juicio, se trataba del edificio más bello de la ciudad. Óscar, cuyo campo de conocimiento y de especulación es otro muy diferente -es doctor en física teórica-, me respondió que para él era un edificio «elegante».

El término «belleza» corresponde a una categoría estética ya definida desde la antigüedad clásica. Con el tiempo, la cuestión ha continuado interesando a los pensadores en todas las etapas culturales dentro del mundo occidental.

El arquitecto, en sus planteamientos, desplazó su edificio con respecto de la alineación de la acera de levante, dejando una plaza que, en su vinculación con la calle, permite duplicar la dimensión transversal, mejorando la contemplación del inmueble que, entonces, ganaba protagonismo respecto a los más próximos. Lo que sesenta años atrás resultaba apropiado (pues en las manzanas colaterales, a ambos lados de las calles contiguas los edificios eran de considerable altura menor), es la imagen que vemos publicada en las monografías del arquitecto. Transcurrido el tiempo aquellas edificaciones han sido sustituidas por otras más recientes que sí conservan la alineación viaria, mientras sus alturas igualan o rebasan el edifico de Mies, cuya observación se produce casi por sorpresa, una vez que se alcanza el nivel de las calles cincuenta y tres y la cincuenta y cuatro. Es así como se contempla esa pieza cuyas fachadas están construidas con un muro cortina resuelto y estructurado por medio de perfiles de bronce y vidrio del mismo color. Se trata de una solución sobria, bella y con toda seguridad sencilla y atractiva, que mantiene el diálogo atrevido con la Lever House, su rival, situada en la diagonal opuesta de la misma avenida, aunque el Seagran sigue manifestando el principio menos es más del autor, con resultados minimalistas.

Según la Real Academia Española, «elegante», en la tercera acepción de la Academia, se refiere a quien tiene gusto y discreción para elegir y llevar el atuendo. Si bien, qué duda cabe, aquella observación respecto a las connotaciones que a mi hijo le sugiere el Seagran me hizo reflexionar. ¿Puede ser aplicado el adjetivo elegante a un edificio? Nunca se me había ocurrido tal apreciación. En las pinturas consideramos elegantes distintos aspectos y terminaciones. Entre otros, la manera en que fueron pintados los vestidos femeninos tejidos con aquellas sedas que, con toda probabilidad traían los navegantes holandeses que comerciaban con Japón. Así el pintor Gerard ter Borch, cuya obra cubre la mitad última del siglo XVII, muestra su virtuosismo en particular al pintar el satén, de tal manera que recibiera la luz principal de la escena representada. Similar apreciación ofrecen los reflejos de las telas sedosas que visten los personajes de Watteau. También el mismo arquitecto Mies fue elegante en el atuendo, sus trajes eran confeccionados a medida, así ofrece su aspecto cuidado en las fotografías que se conservan de su imagen

¿Es posible aunar belleza y elegancia? De Guillermo de Auvergne adopto el siguiente texto: «Resulta bello a la vista lo que por naturaleza agrada y deleita a quien lo mira? La belleza o la elegancia que nuestra vista o nuestra mirada interior aprueba y en la que se complace». Fue expresado en un momento crucial de construcción de las grandes catedrales góticas, cuando la práctica artística conocía el problema de la subjetividad de la fruición (cito a Umberto Eco, Arte y Belleza en la estética medieval, pgs. 127 y 130). Efectivamente, la solución aunando belleza y elegancia fue enunciada hace diez siglos.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats