Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El valle de los bisontes

John Williams (Texas, 1922-Arkansas, 1994) poeta y profesor universitario, fue, también, el autor de una obra novelística tan escasa como celebrada. Desconocido en Europa hasta hace unos años, la publicación de dos de sus obras -Stoner, una novela de campus, y El hijo de César, un relato epistolar histórico- le han situado en un lugar privilegiado entre esos lectores exigentes y de buen paladar que andan por libre entre las estanterías y gustan de los descubrimientos, sin necesidad de atenerse a las caprichosas recomendaciones de la crítica. El Stoner de Williams, con sus reminiscencias autobiográficas, es ya una obra de culto. Por esta razón la reciente publicación en castellano de su segunda novela, Butcher's Crossing, editada por Lumen en diciembre de 2013, se ha convertido en un libro deseado por sus seguidores, conscientes de que con él se acaba su selecta producción literaria.

En Butcher's Crossing, Williams, novelista versátil, se adentra en una temática muy querida por los estadounidenses: el western. El western no como épica de la pólvora y los revólveres, sino como escenario primigenio, como espacio y fuerza de la naturaleza inexplorada y salvaje; como sueño de las oportunidades y renovación del mito de la tierra prometida, solo asequible mediante el salario del riesgo y la aventura. Un tipo como Williams, criado en las praderas, debía tener una deuda pendiente con la Historia. Y la historia de Butcher's Crossing es la de una iniciación. Un joven universitario, Will Andrews, viaja desde Boston hasta una remota aldea de Kansas buscando los grandes espacios de su país, todavía vírgenes hacia 1870. No sabe exactamente lo que quiere. Pero la respuesta no está en los libros, en las grandes ciudades del Este. En el poblado de Butcher's Crossing, se unirá a Miller, un experto cazador de búfalos, a su amigo, Charley Hoge, un borrachín que perdió su mano durante una ventisca en la sierra, y a Fred Schneider, un desollador de bisontes, egoísta y taciturno. El propósito: viajar hasta las Montañas Rocosas de Colorado, en busca de un valle donde, asegura Miller, pacen millares de bisontes aguardando a los audaces que quieran hacerse ricos con sus pieles. Solo que el viaje, a caballo y con un carromato tirado por bueyes, ha de iniciarse en agosto y siempre acecha el peligro de quedarse aislados durante los meses de invierno, si les atrapan las nieves.

El cronista no suele hacer mucho caso de los resúmenes que aparecen en las solapas de los libros. Pero en esta ocasión, la reseña no puede ser más acertada. Butcher's Crossing, se nos dice, «es el eslabón perdido que une a Melville con Cormac McCarthy». Y es cierto. Melville convirtió su Moby Dick en el vademécum obsesivo de la ballena y sus cazadores. Williams se acerca con ojo de documentalista al mundo del bisonte. McCarthy es el pintor de la naturaleza, el lúcido artífice de los viajes sobre el territorio telúrico del oeste americano y de las heridas físicas y morales que dejan en el hombre. Williams, aunque menos apasionado, es un observador minucioso de ambos asuntos. Con una prosa más contenida, es cierto, pero intensa y luminosa, mediante un dominio espartano de los diálogos, nos traza el relato severo de un aprendizaje que conduce al meridiano de la vida; a ese punto donde, no importa el éxito o el fracaso, todo debe comenzar de nuevo con el solo bagaje de la experiencia recién adquirida: una incógnita que se mueve entre el dolor y la esperanza. Butcher's Crossing remite a muchas otras lecturas y le recuerda al cronista la estupenda novela de Bruno Traven, El tesoro de Sierra Madre. Y si de los libros se saca algo en claro, alguna pasmosa novedad, ya sabe, también, que en una conversación sobre las grandes praderas, podrá hablar, con toda propiedad, de aquella salvaje aventura que condujo a la extinción de los bisontes en America.

Lo último en INF+

Compartir el artículo

stats