Una jueza deja en libertad a un maltratador con riesgo extremo de violencia letal para su exmujer y su hijo de 4 años

La magistrada no acordó cárcel pese a que el acusado rompió la orden de alejamiento y prohibición de comunicación nada más salir la primera vez del juzgado

La víctima ha sufrido palizas y agresiones y ha recibido más de 50 audios con amenazas graves de muerte a ella y al niño y otras tantas en mensajes escritos

Mensajes para las mujeres víctimas de la violencia machista.

Mensajes para las mujeres víctimas de la violencia machista. / Rafa Arjones

Es un caso paradigmático de violencia machista. El lunes, día 15, la sacó de la cama por la noche "a estirones y golpes en la cabeza", mientras ella trataba de dormir al hijo en común, un niño de 4 años "al que también propinó manotazos". Es la última agresión. Antes hubo otras palizas, patadas, puñetazos, empujones, la tiró por la ladera de una montaña, le envenenó el tabaco con lejía y esperó a que los cigarrillos secaran para darle el cambiazo y que se lo fumara y provocó una avería en carretera echándole azúcar en el motor, que quedó inutilizado. Y eso son solo las agresiones físicas incluidas ahora en la denuncia porque las puede acreditar con mensajes de texto y de voz, con fotografías, con testigos (incluido el niño, que ha presenciado la mayoría) y con partes médicos, porque en realidad, la lista de episodios de malos tratos es mucho más larga y se remonta a seis años atrás, al menos.

Riesgo extremo de violencia letal

Además, están las amenazas de muerte. A ella y al niño. Y a toda su familia. "Si el niño no es para mí, no es para nadie" o "pobre niño, no vas a verlo más" son solo dos de las amenazas directas de muerte contra su propio hijo. Amenazas de violencia vicaria que han llevado, primero a la Policía, y después a la jueza de Violencia sobre la Mujer número 2 de València y a su fiscal al convencimiento de que debían proteger a la madre y al pequeño, que están en riesgo extremo de sufrir "violencia grave o letal".

La orden, impuesta como medida cautelar hasta el juicio, incluía la prohibición de acercarse a menos de 1.000 metros tanto de la madre como del niño y de sus lugares habituales (casa, trabajo y colegio) y de comunicarse con ellos "por cualquier medio o procedimiento". Además, se le prohibía entrar en el municipio donde viven ambos ahora. Tardó horas en romper la orden de alejamiento.

A pesar de ello, la jueza de guardia de Ibi, que además es quien tiene la competencia de Violencia sobre la Mujer en ese partido judicial, optó por dejar al presunto maltratador en libertad cuando la Guardia Civil se lo llevó detenido por segunda vez en apenas tres días.

Vive muerta de miedo

Ahora, la joven, que tiene 25 años y reside en un municipio de la Vall d'Albaida, vive muerta de miedo. Y con un agente de la Guardia Civil pegado a ella y al niño las 24 horas del día. Pese a ello, vive aterrorizada. Su maltratador, el hombre que ha jurado matarla, ha tardado solo 24 horas en romper la orden de protección y empezar de nuevo las amenazas, así que está convencida de que nada lo va a frenar. Ni entiende ni comparte esa decisión.

Escuchar los audios amenazantes -más de 50 solo en los dos últimos años- eriza los cabellos. "Voy a pegarte dos tiros", "tengo que estrangularte", "deberías morirte de un cáncer o de un tiro en la cabeza", "tengo que pegarte una somanta de palos 'pa' que escarmientes", "me llevaré a tus hermanos atados en el maletero", "te voy a dar una sorpresita de esas que te gustan", "como no aprendes a las buenas, te va a tocar aprender a las malas", "un día llegaréis y encontraréis a vuestra madre ahorcada", "voy a tirarte al puto río ese asqueroso de tu pueblo, pero atada de pies y manos, y me quedaré mirando mientras te ahogas",...

Decenas de mensajes y vídeos de asesinatos

Los mensajes escritos no les van a la zaga. "Voy a matarte, pero antes me llevaré a alguno más por delante" (a continuación le envió un vídeo real en el que se ve cómo degüellan a un adolescente), "no vas a ver más al niño", "voy a pegarte un palizón guapo", "voy a matarte", "vas a morir", "ahora voy a ir a tu pueblo a ver a tu madre", "menos mal que ya te queda poco", "estás muerta", "voy a eliminarte", "a tu hermano voy a pegarle tres tiros". Esa amenaza no es gratuita. Ni fantasiosa.

La joven ha aportado varias fotografías que él se tomó y en las que aparece con una escopeta y con una pistola y su correspondiente munición, a pesar de que no tiene licencia para ellas, tal como se recoge en la denuncia que la víctima presentó el pasado día 17 de abril, dos días después de esa última paliza en la que la sacó de la cama a golpes, en la oficina de denuncias de Violencia de Género que la Generalitat tiene en la Ciudad de la Justicia de València.

Dos detenciones en tres días

Esa denuncia, tras la que se hizo la valoración policial que arrojó "riesgo extremo", provocó la primera detención. La Guardia Civil de Ibi, alertada por la del municipio donde ahora residen la chica y el niño de que se trataba de un caso de riesgo extremo de violencia grave o mortal, acudió al domicilio del maltratador y lo arrestó. Al día siguiente, el 19, la jueza de guardia lo dejó en libertad y apercibido de que no podía acercarse ni comunicarse con ella o con el pequeño por ningún medio, es decir, le notificó la medida cautelar impuesta por la jueza de València el mismo día que puso la denuncia, el 17.

Ese mismo día, el 19, quebrantó la medida. Dos días después, el domingo 21 de abril, la Guardia Civil lo arrestaba de nuevo y el lunes, 22, lo llevó ante la misma jueza de Ibi. Y de nuevo quedó en libertad, a pesar de haber contravenido de manera inmediata, nada más salir del juzgado, de hecho, esa prohibición de comunicarse con su víctima.