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a red de falsificación de tarjetas de crédito desmantelada esta semana por la Policía podría haber estafado seis millones de euros y, en ocasiones, operaban en colaboración con los dueños de comercios, según informó ayer la Policía. En toda España han sido detenidas 99 personas, 18 de ellas en la provincia, como presuntos integrantes de una banda internacional de origen rumano.

Según informó el Ministerio del Interior, los detenidos de la operación "Pipas" actuaban en todo el territorio nacional, especialmente en la Comunidad Valenciana, Cataluña, Madrid, Canarias y Andalucía y tenía ramificaciones importantes en países de la Unión Europea, como la propia Rumanía, Italia, Alemania, Austria, Bélgica, Holanda, el Reino Unido, y también Turquía.

El líder de la organización, un rumano que hacía una vida perfectamente normal y habitaba un chalet en Valencia junto a su mujer, actuaba como enlace de toda la banda y viajaba habitualmente al extranjero para coordinar la red criminal. El modus operandi para la clonación de las tarjetas era sencillo aunque sofisticado.

Copiaban la numeración de las tarjetas mediante un lector instalado en cajeros automáticos o directamente cambiaban los terminales de venta de los comercios -conocidos como TPV o datáfonos- por otros idénticos que guardaban los números.

Esta manipulación se llevaba a cabo en algunas ocasiones con la connivencia de los dueños o los empleados de los comercios y, en otros, se cambiaba el terminal por otro idéntico sin el conocimiento del propietario. Después, conocidos los números y las claves secretas, se duplicaban las tarjetas en ocho laboratorios clandestinos y se expedía documentación falsa a nombre de los titulares.

La mayoría de los defraudados eran ciudadanos norteamericanos o canadienses aunque después se optaba por duplicar las tarjetas de bancos y cajas españolas, especialmente de la Comunidad Valenciana. El fraude global detectado supera los seis millones de euros. En los 48 registros practicados, las fuerzas de seguridad se han intervenido de 800 tarjetas ya falsificadas, 15 ordenadores, 6 impresoras-escaner, 3 máquinas plastificadoras, memoria USB, lectores-grabadores de tarjeras, tarjetas en blanco, unos 100 teléfonos móviles y gran cantidad de dinero, joyas y relojes.

La Guardia Civil hizo balance de otras operaciones contra el crimen organizado, en las que desde octubre de 2007 se han detenido a otras 318 personas, por robos con violencia y otros delitos contra el patrimonio.