El hombre, José Antonio O. R., de 70 años, sufre quemaduras de segundo y tercer grado profundas en el 45 por ciento de su cuerpo y fue trasladado, intubado en una ambulancia del 061, a la unidad de quemados de la Clínica Povisa.

La mujer E.F.H sólo fue atendida del nerviosismo por lo ocurrido y por una fuerte opresión en el pecho.

Fuentes de la investigación explicaron que sobre las 14:30 horas recibieron una llamada en la sala operativa del 091 de un vecino de la calle Llorente de Vigo quien advertía de un fuerte olor a gas en el inmueble.

Hasta la zona se desplazaron efectivos de Bomberos, policía Local y Nacional, quienes comprobaron que el hombre que se había encerrado tenía dos denuncias por supuestos malos tratos y que la amenaza era real por lo que procedieron a evacuar a los vecinos del número 30, así como de los portales 28, 32 y 11.

El hombre atrincherado pidió hablar con su mujer a la vez que amenazaba con que, de no ser atendidas sus demandas, haría volar la vivienda con gas.

Varios mediadores intentaron convencerle para que depusiera su actitud y saliera a la calle, pero "al poco rato" se produjo una explosión, al parecer por la acumulación de gas procedente de una bombona de la vivienda.

El suboficial de Bomberos de Vigo Domingo Martínez explicó, en declaraciones a los periodistas, que se ha tratado de una explosión "moderada" y detalló que al parecer fue provocada por el gas proveniente de tres bombonas que habían sido abiertas.

Aunque la mujer estaba en la zona e intento convencer a su compañero para que depusiera su actitud, al igual que un mediador de la policía, el hombre no atendió a razones.

En un momento determinado se metió una goma del gas en la boca, mientras que blandía un mechero en la otra mano.

Fue entonces cuando los bomberos decidieron entrar, aunque "no fuimos suficientemente rápidos" y se produjo una deflagración.

reconoció Domingo.

Como consecuencia de la explosión tres bomberos sufrieron una pequeña intoxicación por humo y el propio Martínez cortes por cristales en una mano.

Fuentes de los bomberos explicaron que algunos vecinos habían comentado que la pareja estaba separada y que la historia venía de antiguo.

La calle Teófilo, en la zona del suceso, estuvo cortada varias horas y en la calle continúan numerosos cristales esparcidos.

El suceso se produce un día después de que un hombre estrangulase a su esposa en la localidad pontevedresa de Cangas.