Las banderas ondean a media asta en todos los edificios del país, y a las 10.00 hora local (08.00 GMT); se guardó un minuto de silencio en el patio del instituto de Jokela, donde se produjo la matanza.

La mayoría de las escuelas y centros públicos del país se unieron a este gesto para rendir un último homenaje a las víctimas de una tragedia que ha conmocionado al país nórdico.

Mientras tanto, la policía confirmó hoy que el autor de los disparos fue el joven de 18 años Pekka-Eric Auvinen, alumno del último curso en el mismo instituto en el que protagonizó la masacre.

Asimismo explicó que los fallecidos son seis alumnos, la directora del instituto y la enfermera del centro escolar, así como el autor de los disparos, que murió en un hospital de Helsinki horas después de intentar suicidarse de un tiro la cabeza.

El primer ministro finés, Matti Vanhanen, dio anoche el pésame a las familias de los fallecidos en nombre del Gobierno finlandés, y afirmó que "el tiroteo de Jokela nos deja una herida profunda en nuestra sensación de seguridad".

"En la sociedad y en la comunidad en la que hemos aprendido a sentirnos seguros, este suceso deja una grieta que va a tardar mucho tiempo en cerrarse", declaró en rueda de prensa.

"Probablemente nunca sabremos qué le pasó al joven tirador por la cabeza, pero el resultado es que segó la vida de muchos de sus compañeros y de su profesora", añadió.

El Gobierno decidió que todos los centros educativos del país, excepto el de Jokela, permanezcan hoy abiertos, en un intento por volver, en la medida de lo posible, a la normalidad.

Mientras tanto, la policía finlandesa sigue investigando las circunstancias que rodearon la tragedia.

Los primeros indicios apuntan a que el asesino sólo tenía un objetivo claro, la directora del centro, quien murió de forma casi instantánea, y que disparó a otros seis estudiantes y la enfermera del centro de forma aleatoria.

El autor de la matanza, Pekka-Eric Auvinen, era un joven de 18 años aparentemente normal, según indicaron sus compañeros del instituto.

Sin embargo, después se demostró que en realidad era un chico que consumía medicamentos antidepresivos para tratar sus problemas psiquiátricos.

Según sus profesores, Auvinen tenía una inteligencia superior a la media, y en palabras de un antiguo compañero, sufrió en ocasiones acoso escolar por parte de algunos compañeros.

Probablemente esta combinación de factores le llevó a adoptar una visión extremadamente radical de la sociedad, que acabó expresando en internet antes de cometer la matanza.

"No merece la pena luchar por la raza humana o intentar salvarla... sólo merece la pena matarla", afirmó en el portal YouTube, donde colgó decenas de vídeos siniestros durante meses.

En uno de ellos, colgado la víspera de la tragedia, anunció que iba a cometer una masacre contra lo que denominó "vergüenzas de la raza humana".