El procesado, Paul D., de nacionalidad británica, ha aceptado la pena de doce años y tres meses de prisión por los delitos de homicidio e intento de estafa solicitada por el Ministerio Fiscal y la acusación particular, que inicialmente le atribuyeron un delito de asesinato.

El juicio se ha celebrado en la Sección Segunda de la Audiencia de Alicante y ha quedado visto para sentencia tras este acuerdo de conformidad.

En su relato provisional, el fiscal acusaba al procesado de haber matado a golpes a la víctima con una maza durante una discusión ocurrida en el domicilio de ésta, y de haberla descuartizado posteriormente para deshacerse del cadáver arrojándolo en bolsas de plástico a un contenedor.

A continuación, regresó a la vivienda, donde le sustrajo el teléfono móvil y una tarjeta bancaria que utilizó para intentar, sin éxito, sacar dinero de un cajero automático.

No obstante, en la vista oral, el acusado ha reconocido que mató a la mujer, pero ha negado haberse deshecho del cuerpo ya que, según su versión, se marchó de la vivienda y lo dejó allí.

También ha reconocido que sustrajo el teléfono móvil de la víctima y una de sus tarjetas bancarias, con la que trató de sacar dinero, aunque no lo consiguió.

La fiscal, ante el reconocimiento de hechos y "los datos objetivos" de la investigación que "corroboran esta versión", ha solicitado para el acusado doce años de prisión por un delito de homicidio y tres meses por estafa informática en grado de tentativa.

La acusación particular se ha sumado a la petición de homicidio de la Fiscalía porque, al no haberse hallado el cuerpo, no se han podido determinar "con seguridad" las circunstancias de la muerte, y ha pedido una indemnización de 600.000 euros.

La defensa se ha mostrado "satisfecha" con la calificación de homicidio, y ha pedido que la indemnización sea de 200.000 euros.

Tras finalizar la vista, un portavoz de la familia de la víctima ha leído un manifiesto en el que aseguraba que "los últimos cuatro años han sido muy difíciles", y que "no saber exactamente" lo que le pasó provoca "más dolor".

"Tenemos poco consuelo después del procedimiento. Las palabras no pueden expresar cuánto la echamos de menos. Como familia necesitamos intimidad y que se nos deje tranquilos", ha concluido.

El letrado de la defensa, Juan Sánchez, ha afirmado que se ha llegado a un acuerdo porque el acusado se ha mostrado dispuesto "a reconocer haber golpeado" a la mujer y porque, al carecer de cadáver, no se pueden determinar "con exactitud las causas de la muerte".

Sánchez ha recordado, antes de comenzar el juicio, que Paul D.

había dado varias versiones desde que ocurrieron los hechos: que la había descuartizado, que se la había comido; que la había matado un amigo, y que ella se había marchado a Marbella a comprar droga.

Respecto a las discrepancias en la indemnización, Sánchez ha avanzado que su defendido "seguramente será insolvente y no podrá hacer frente" a la cuantía de la responsabilidad civil.