La sentencia, facilitada hoy por la Asociación del Defensor del Paciente, estima el recurso de apelación presentado por la paciente, después de que el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Alcoy desestimara la demanda interpuesta contra el facultativo.

Además de aceptar el recurso, el Tribunal condena al ginecólogo a indemnizar a la mujer como consecuencia de "una mala praxis médica", cuya cuantía deberá resolverse en un proceso judicial posterior.

La mujer presenta un grado de minusvalía del 75 por ciento y precisa de la asistencia de terceras personas, según ha informado la citada asociación en función de un informe emitido por la Conselleria de Bienestar Social de la Generalitat Valenciana.

Los hechos ocurrieron en abril de 2005, cuando la paciente y su marido visitaron al ginecólogo ante la imposibilidad de concebir de forma natural.

El ginecólogo detectó esterilidad primaria de factor masculino, después de que un seminograma diera como resultado una disminución del número o movilidad de los espermatozoides, y una histerosalpingografia -prueba de útero- no revelara anomalías.

Después de ofrecer como tratamiento "tres ciclos de inseminación artificial con semen del marido, mejorado y capacitado", según recoge el fallo judicial, el facultativo comprobó mediante ecografía que el folículo no estaba "suficientemente maduro", por lo que prescribió a la mujer "tres virales de 2.5000 HCG-Lepori", una hormona cuyo principio es "la gonadotrofina coriónica humana".

En este sentido, la sentencia de la Audiencia alicantina refleja que esta prescripción se realizó "sin que conste la obligación del consentimiento informado de la paciente de forma escrita ante los posibles riesgos derivados de su administración".

A finales del citado mes, y con la aportación del esperma "mejorado y capacitado" del marido, el ginecólogo practicó la inseminación intracervical al no ser posible la inseminación intrauterina".

Al regresar a su domicilio, la mujer sufrió un desvanecimiento y cayó al suelo, para comprobar posteriormente que no podía mover sus piernas ni sus brazos.

Después de ser tratada en diversos hospitales, se le diagnóstico "tetraparesia por mielitis de etiología no filiada".

La controversia, como así lo refleja la sentencia, radica en determinar si la lesión medular que presentó la mujer tras el desvanecimiento tiene un origen traumático o estuvo provocada por la administración del a citada hormona.

Sin embargo, el tribunal califica de "extraño" que fuera la mujer a quien se le aplicó la hormona cuando el diagnóstico indicaba una esterilidad femenina de "factor masculino".

Por otra lado, la Audiencia de Alicante destaca el incumplimiento del ahora demandado en su obligación de obtener el consentimiento informado de la paciente por "las graves reacciones adversas" que puede conllevar la aplicación de la HCG Lepori.

La defensa del ginecólogo ha anunciado que presentará un recurso de casación contra este fallo ante el Tribunal Supremo.