La palabra de un sargento de la Guardia Civil bastó que el director general del Instituto Armado confirmara una sanción seis días de empleo y sueldo a una agente del cuartel de Sax por una falta grave al amenazar supuestamente al comandante de Puesto con que tenía que haberle «dado un par de hostias». Nada más lejos de la realidad. El Tribunal Militar Central ha anulado ahora dicha suspensión de empleo y sueldo tras admitir como prueba una grabación realizada por la guardia civil con su teléfono móvil y en la que se demuestra que no profirió tal amenaza y el contexto de la conversación entre la agente y el comandante de Puesto fue diferente a como venía reflejada en el parte disciplinario, según se recoge en una sentencia facilitada por la Asociación Nueva Coproper (Anucop) de guardias civiles de Alicante.

La guardia civil suspendida de empleo y sueldo acudió al Tribunal Central Militar, donde prosperó el recurso contencioso disciplinario militar planteado por el abogado de la Asociación Nueva Coproper, Luis Santamaría. Según la Anucop, el Tribunal Militar Central ha permitido «valorar una grabación que la guardia expedientada pudo aportar, donde se puede oír cómo eran falsas las imputaciones del sargento comandante de Puesto que había puesto en boca de ella para poder sancionarla con seis días de haberes con suspensión de funciones».

La sentencia tiene su importancia. Según ANC, la clave de la defensa ha sido que la agente pudiese grabar la conversación ante su superior y que el Tribunal Central Militar la haya aceptado. Por ello, Nueva Coproper afirma que ve «con mucha preocupación que la Dirección General de la Guardia Civil quiera cambiar la normativa interna actual, prohibiendo el llevar de servicio los teléfonos móviles a los guardias civiles cuando salgan a trabajar».

Nueva Coproper está estudiando, junto a la demandada, el interponer una demanda contra el sargento que promovió el expediente disciplinario por un presunto delito de falsedad en documento público.

La guardia fue suspendida de empleo y sueldo por una falta grave consistente en «la grave desconsideración con los superiores en el ejercicio de sus funciones». La agente había estado de baja por una grave enfermedad y acudió al cuartel de Sax para recibir una notificación. Pidió entrevistarse con el comandante de Puesto y el mando la expediente porque asegura que le dijo que «lo que debería haber hecho en su momento es haberle dado un par de hostias».

Por contra, en la grabación admitida como prueba, el tribunal indica que la conversación transcurre en un «tono absolutamente moderado» y dice que la enfermedad le había enseñado a luchar por sobrevivir y no odiar a las personas y que le había costado mucho no odiar al sargento.

La agente continuó en el mismo «tono mesurado» y dijo que antes de su enfermedad tenía un problema de contención «porque tenía muchas ganas de pegarle a usted un bofetón», añadiendo que no quería reprocharle nada, sino agradecer lo que había pasado.