La Audiencia de Alicante ha condenado a un hombre que acuchilló a otro en Dénia después de que su víctima le abriera la puerta tras haber llamado haciéndose pasar por el cartero, según la sentencia a la que ha tenido acceso este diario. El fallo le impone siete años de internamiento en un centro psiquiátrico por un delito de intento de asesinato, ya que el acusado padece un trastorno paranoide que le hace inimputable por estos hechos.

Los hechos ocurrieron en Dénia el 13 de octubre de 2011 después de que el acusado se presentara en el domicilio de su víctima armado con dos cuchillos de 21 centímetros de longitud, según declara probado el fallo. Tras conseguir que le abriera el portal diciendo que era el cartero, éste se abalanzó sobre la víctima cuando éste salió de su casa, asestándole una cuchillada en el pecho. Le giró y cogiéndole del pelo, le asestó dos puñaladas en el abdómen.

El hombre sobrevivió al ataque después de que una vecina saliera a ayudarle y taponó la herida con una toalla mientras llegaba la ambulancia. El acusado deberá indemnizar con 17.488 euros a Marina Salud, entidad gestora del hospital dianense, los gastos derivados de la intervención médica; así como con 9.000 euros a su víctima por las lesiones y los daños morales.

La Sección Tercera considera que se trata de un intento de asesinato con alevosía, ya que el ataque se produjo a traición y por sorpresa, sin posibilidad de que la víctima pudiera defenderse. Sin embargo, los forenses acreditaron que el acusado era inimputable por estos hechos, al padecer en ese momento un brote psicótico agravado por el consumo de cocaína que le anuló sus facultades. Por este motivo, se le impone una medida de seguridad durante un tiempo máximo de siete años. La Audiencia señala que la pena deberá cumplirse en un psiquiátrico penitenciario, ante la falta de informes actualizados sobre cuál ha sido la evolución del estado del procesado desde 2011 y si ha estado tomando la medicación. El fallo recuerda que los forenses alertaron de la «alta peligrosidad» del procesado en caso de seguir consumiendo cocaína. Además durante la instrucción de la causa el acusado quebrantó dos veces la orden de alejamiento que le impedía acercarse al agredido.

El procesado admitió en el juicio haber propinado las cuchilladas a la víctima, aunque dijo que no tenía intención de matarlo. Según declaró, ambos se conocían con anterioridad a estos hechos y escuchaba «voces en su cabeza» y pensaba que el agredido estaba con su expareja por lo que tuvo celos. El acusado aseguró que se le había ido la cabeza por culpa del consumo de cocaína. Por su parte, la Policía encontró el cuchillo ensangrentado en la casa del acusado en un registro en el que encontraron utensilios de droga, calificando el domicilio de «insalubre».