La primera de las piezas separadas que forman parte del proceso a los hermanos Rafael y José Vicente Gregory por la presunta estafa del grupo Autisa quedó ayer vista para sentencia en un juicio que apenas tuvo una hora de duración y para el que la Audiencia tenía prevista una semana. Tras escuchar las declaraciones de los acusados para negar los hechos y después de que la acusación particular se hubiera retirado del proceso, el fiscal optó ayer por renunciar al interrogatorio del resto de los testigos y mantener su acusación a efectos formales «por vía de informe», lo que prácticamente equivale a una retirada de la acusación.

El fiscal pedía tres años de prisión a cada uno de los dos hermanos y a un empresario que les tenía alquilados varios camiones. Se les acusaba de haber falsificado la documentación relativa a averías de los vehículos que tenían alquilados en connivencia con el otro empresario durante el primer semestre de 2011 para así reducir la deuda que había que pagar a los acreedores en el procedimiento consursal en el que estaba inmerso el grupo Autisa.

El grupo empresarial de Autisa, cuyos responsables son los hermanos Gregory, está compuesto por mercantiles dedicadas a la venta y alquiler de vehículos industriales y repuestos. Para su comercialización tenían establecidos determinados contratos con entidades financieras, entre las que estaba la financiera del grupo Renault, VFS, que era una de las principales acreedoras del grupo Autisa.

Rafael Gregory explicó ayer en el juicio que la situación con el grupo Renault había llegado a tal punto que éstos habían prohibido el suministro de recambios a cualquier empresa relacionada con el grupo Autisa, lo que obligó a que los clientes que tenían alquilados vehículos tuvieran que arreglarlos por su cuenta y luego se les compensarían esos gastos. El contrato incluía pagar el mantenimiento y el compromiso de entregar un vehículo de sustitución durante la reparación. Una vez finalizado el contrato los camiones debían volver a VFS:

El empresario acusado de haber actuado en connivencia con los dos hermanos negó ayer las acusaciones y aseguró que la documentación fue preparada por el personal de su empresa por los gastos de reparación y que el contrato con Autisa para él acabó siendo más una molestia por la situación generada por concurso, sin tener posibilidad de rescindir el contrato. Según su versión, de la documentación entregada, un perito de VFS cuestionó la realidad de esas reparaciones, lo que sirvió a la financiera para presentar esta denuncia. El pasado 9 de abril VFS se retiró como acusación particular de este procedimiento. Las defensas pidieron ayer la libre absolución de todos los acusados.

Otra sección de la Audiencia juzga en estos momentos otra pieza de la supuesta estafa de Autisa con quince acusados en el banquillo y que formó parte del sumario del caso Brugal. Las defensas pidieron la nulidad de las escuchas.