El argelino Mohamed Nebbar, detenido y acusado de formar parte de la célula terrorista desmantelada en 2003 en Barcelona y absuelto tres años más tarde -los otros cinco enjuiciados fueron condenados y ya han cumplido las penas-, fue detenido el miércoles en València por la Policía Nacional acusado de romper la orden de alejamiento que tiene sobre su exmujer. Nebbar, que actualmente trabaja en el campo, como temporero, según las fuentes jurídicas consultadas por Levante-EMV, fue denunciado a mediados del año pasado por su exmujer, argelina como él, quien le acusa de haber intentado matarla.

Tras la denuncia, Mohamed Nebbar, que reside en València desde 2012, después de percibir los 200.000 euros con los que le indemnizó el Estado por los 1.047 días que pasó en prisión preventiva acusado de terrorismo hasta su absolución en 2006, fue detenido y condenado a realizar trabajos en beneficio de la comunidad y a no acercarse a su exmujer ni ponerse en contacto con ella por ningún medio durante dos años, medida que sigue estando en vigor.

Pese a ello, según denunció la víctima el pasado miércoles en una comisaría de València, Mohamed Nebbar habría roto varias veces la orden de alejamiento llamándola por teléfono y presentándose en el colegio de sus hijos, lo que propició el acercamiento a la mujer.

La detención de Nebbar se produjo horas más tarde en su domicilio y ayer por la tarde fue entregado en el Juzgado número 1 de Violencia sobre la Mujer de València, en funciones de guardia, donde compareció imputado por quebrantar la condena impuesta hace año y medio. Sin embargo, el acusado no ha podido ser sometido a juicio rápido, ya que la víctima no fue citada al juzgado en la comparecencia de ayer, por lo que Mohamed se negó a declarar por consejo de su letrado de oficio. Así las cosas, el caso pasa a ser un procedimiento judicial ordinario que no llegará a juicio hasta que se termine la instrucción. Al parecer, el último quebrantamiento de condena de Nebbar está relacionado con el proceso de divorcio iniciado recientemente por la víctima.

De Girona a València

Mohamed Nebbar, de 53 años, residía en un municipio de Girona con su mujer y sus hijos cuando fue detenido por terrorismo islamista en enero de 2003, dentro de la operación Lago que desmanteló una célula salafista de apoyo logístico a un grupo terrorista instalado en Francia y dirigida por Merouane Benhmed, de 32 años, El Químico o El artificiero, que preparaba atentados «mediante productos tóxicos, químicos o bacteriológicos contra objetivos europeos», según rezaba el escrito de calificación del fiscal.

Pasó dos periodos en prisión preventiva -de enero a marzo de 2003 y de marzo de 2004 a diciembre de 2006-. Nada más concluir el juicio, fue absuelto. Nebbar emprendió entonces una batalla judicial contra el Estado español por esos 1.047 días de privación de libertad.

En 2010, la sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional le dio la razón y 200.000 euros -4.000 por cada mes en prisión, 20.000 más, por la prolongación de la medida en el tiempo y otros 36.000 por los «perjuicios laborales [perdió su trabajo como pintor] y económicos»-.

El dinero no llegó hasta 2012. Su abogado se llevó el 15% pactado y el resto lo invirtió casi en su totalidad en la compra de varios pisos en València, adonde se trasladó con su familia para dejar atrás toda su vida anterior. De aquella fortuna, al parecer, ya no queda casi nada.