La Audiencia de Alicante sentó ayer en el banquillo a un hombre acusado de haber violado a una niña de doce años que se había fugado del centro de menores en el que estaba internada. La Fiscalía mantuvo la petición de catorce años de prisión para él por un delito de agresión sexual, mientras que el procesado negó ayer haber tenido relaciones con la pequeña y sólo admitió que la cobijó en la casa abandonada en la que vivía. El hombre está en prisión preventiva desde su arresto por estos hechos en abril del año pasado.

La menor se había escapado del centro en el que estaba internada en Alicante e iba pidiendo dinero por la calle para pagarse el autobús a Gandía para poder reunirse con su familia. El acusado se sentó con ella en un banco de la avenida de Jijona. Según el escrito de acusación, para ganarse su confianza entabló una conversación con ella, que le contó cuál era su situación. El hombre la convenció para que le acompañara a su casa con la excusa de que si iba sola a la estación, la Policía la descubriría. Al acceder a marcharse con él, el hombre le ofreció que bebiese de una botella y le insistió que bebiera si quería que la ayudara. La botella resultó contener una bebida alcohólica y el procesado obligó a la menor a beberse una buena parte de su contenido.

El fiscal relata que, aprovechando el estado de embriaguez en el que la menor se encontraba, el procesado la llevó hasta un descampado en las proximidades del ADDA y la violó mientras le tapaba la boca para que no gritara.

El acusado la llevó a continuación a una casa abandonada donde solía pernoctar. Allí la tumbó sobre un colchón y la tapó con una colcha, mientras intentaba hacerle tocamientos en la vagina. El escrito de acusación relata que cuando intentaba una nueva penetración la Policía llegó a la casa, tras haber sido alertada por una trabajadora del centro que les había reconocido por la calle.

El hombre ha negado haber tenido relaciones sexuales con la menor, mientras que los exámenes forenses no habían encontrado restos de semen en ella. Sin embargo, hasta ese día, la joven no había tenido relaciones sexuales nunca, según las declaraciones de los peritos. Además se habían encontrado restos de ADN del acusado en otras zonas del cuerpo de la menor.

Los agentes que encontraron a la menor aseguraron que, en un primer momento, el acusado llegó a negarles que ella estuviera en la casa, aunque estos la descubrieron oculta tras la colcha, «aterrada» y «en estado de embriaguez». La menor se ratificó ayer en todos los extremos de su denuncia. En la casa estaba también el padre del acusado, aunque el fiscal descarta que éste se hubiera dado cuenta de lo que estaba ocurriendo.

Además de la pena de prisión, el fiscal ha reclamado una orden de alejamiento que impida al procesado acercarse a la víctima durante 16 años.