La cometa cuyo vuelo provocó la paralización del aeropuerto de Manises durante 35 minutos por el riesgo que comportaba para los aviones en las maniobras de despegue y aterrizaje tenía cerca de 400 metros de hilo, según fuentes de toda solvencia, por lo que la Policía Nacional, que se ha hecho cargo del caso, cree que el incidente no fue fruto de la casualidad. De hecho, la comisaría de Quart de Poblet, en cuya demarcación están las instalaciones aeroportuarias, mantiene abierta la investigación para intentar identificar al autor de la «broma».

Tal como informó ayer INFORMACION.ES, fue la torre de control de Manises la que detectó la cometa cuando volaba «a gran altura», en un área muy próxima a la ruta de salidas y llegadas de los aviones, por lo que paralizó todas las maniobras de despegue y aterrizaje y alertó al 112. Dos aviones tuvieron que permanecer en cola sin despegar y cuatro más en el aire, sobrevolando en círculos València -uno de ellos, procedente de Bucarest, durante 23 largos minutos-, hasta que finalmente la policía localizó y retiró la cometa, que estaba atada por la parte exterior a la valla perimetral del aeropuerto, entre el aparcamiento de taxis y el de larga distancia, junto a la carretera CV-370, que comunica el aeropuerto con el polígono industrial La Cova de Manises.

La alerta de la torre de control paralizó la actividad aérea y puso en marcha a las fuerzas de seguridad. La casualidad hizo que el helicóptero de la Policía Nacional estuviese en ese momento en vuelo, por lo que el piloto se desplazó hacia Manises y localizó desde el aire la cometa.

Gracias a ello, una patrulla de la comisaría de Quart encontró en pocos minutos el juguete, que se comercializa por apenas 12 euros tanto a través de internet como en tiendas de importación asiática. La sorpresa fue descubrir que no había nadie con el «cachirulo» y que estaba atado a la valla con un hilo mucho más largo que el que trae de fábrica: cerca de 400 metros. De hecho, el cordel se había enredado en los árboles y los agentes tuvieron que cortarlo para poder confiscar la cometa, que tiene una envergadura de 123 centímetros.

Inicialmente, la policía llegó a pensar que la cometa formaba parte del «atrezzo» de un cumpleaños -alguien había dejado una pancarta de una reciente celebración en un pequeño parque próximo-, pero finalmente se descartó esa posibilidad. En este momento, la tesis principal es que se trata de una gamberrada que podría haber tenido consecuencias graves, ya que en los minutos que la cometa estuvo en el aire comprometía el pasillo de seguridad que los aviones necesitan tanto en los despegues como en los aterrizajes.