Unos abrazos muy caros que habían supuesto un botín de 500.000 euros por medio centenar de robos y hurtos, y por los que tres ancianos acabaron en el hospital. La Guardia Civil ha desmantelado en Alicante una banda especializada en hurtos por el método del «abrazo cariñoso», con el arresto de sus ocho personas.

Los detenidos son cinco hombres y tres mujeres, de entre 18 y 40 años, de nacionalidad rumana, presuntos autores de 44 delitos de hurto, tres delitos de robo con violencia y un delito de pertenencia a asociación ilícita, según informaron ayer desde la Comandancia de Alicante. Cuatro han ingresado en prisión provisional y los otros cuatro han quedado en libertad con cargos.

Esta banda criminal actuaba por toda la provincia, incluso por provincias limítrofes. Este método delictivo consiste en que una mujer se acerca a su víctima, generalmente hombres mayores claramente vulnerables, y con la excusa de preguntar por una calle, diciendo que le recuerda a su abuelo, o haciendo proposiciones sexuales, comienza a darle abrazos y besos, mientras le sustrae hábilmente las joyas o relojes de alto valor que pueda llevar encima.

Agentes de la Guardia Civil de Altea, tras analizar el patrón de un par de robos cometidos con este método, comenzó a recopilar datos de denuncias interpuestas en diferentes poblaciones alicantinas por víctimas de este mismo modus operandi. Desde San Fulgencio hasta Altea, e incluso en provincias como Málaga o Murcia, los agentes identificaron a ocho personas relacionadas con medio centenar de delitos, que habían cambiado el método del abrazo cariñoso por el del «roce erótico».

Se trataba de tres mujeres, adalides de un grupo criminal, que empleaban a sus maridos e hijos, entre otros, como conductores y vigilantes de las zonas donde iban a cometer los delitos. A primera hora de la mañana, se juntaban y se distribuían los coches (uno por mujer) y las poblaciones a delinquir. Cuando llegaban a su destino, seleccionaban a la víctima, lo más frágil posible, se bajaban del coche y se acercaban a él saludándolo como si le conocieran, abrazándole, besándole, y en este caso, rozándole sus partes íntimas. Así, con una mano tocaban y con la otra hurtaban con habilidad de prestidigitador. Todo bajo la mirada vigilante de sus maridos o hijos, que las dejaban hacer con tal de conseguir por ejemplo ese reloj de pulsera valorado entre 6.000 y 30.000 euros.

Si la víctima, habitualmente embelesada, de repente se daba cuenta de lo que estaba ocurriendo, e intentaba evitar que se llevaran su reloj, cadena o pulsera de oro, estas mujeres transformaban su cariño en ira y tiraban fuerte del brazo para llevarse la joya. Entonces aparecía su cómplice con el coche, se montaban en él y se marchaban a casa, sin importarles dejar en ocasiones a la persona lesionada en el suelo.

Fueron un total de 47 delitos que dejaron por el camino a tres personas ingresadas en el hospital: una con rotura de húmero, otra con fractura en el hombro y otra con fractura en el hueso carpo de la muñeca. Las otras 44 personas, se quedaron sin joyas o sin relojes de alta gama, mientras este grupo se enriquecía con hasta 500.000 euros, producto de los objetos sustraídos.

La Guardia Civil, después de varios meses de vigilancia, seguimientos y apostaderos, irrumpió de madrugada en las cuatro viviendas de un barrio marginal de Alicante, antes de que estas personas pudieran comenzar su jornada delictiva. En los registros se incautaron tres turismos, varios teléfonos móviles, joyas, relojes y diversa documentación.

Las tres mujeres y los cinco hombres, de nacionalidad rumana, de entre 18 y 40 años de edad, han sido detenidos en la ciudad de Alicante como presuntos autores de 48 delitos: tres de robo con violencia, 44 de hurtos con método abrazo y uno de pertenencia a asociación ilícita.

Después de pasar a disposición judicial, cuatro de ellos, las tres mujeres y uno de los hombres, ingresaron en prisión comunicada y sin fianza, y los otros cuatro quedaron en libertad con cargos.