La Guardia Civil de Calp ha detenido a una joven de 23 años que denunció en Benissa haber sido secuestrada durante dos días por tres hombres que la raptaron en una parada de bus de La Vila Joiosa y la retuvieron en una casa abandonada, cuando en realidad se inventó la detención ilegal para ocultar a su marido que había estado con unos amigos.

Los hechos se produjeron a principios de mes e inicialmente fue el marido de la ahora arrestada quien acudió a la Guardia Civil de El Verger y denunció que su mujer había desaparecido el día anterior. El marido relató a los agentes que su esposa salió por la mañana para ir a trabajar a La Vila Joiosa y ya no regresó. Intentó hablar con ella por teléfono, pero el móvil no daba señal y tampoco pudo contactar con su lugar de trabajo porque llevaba poco tiempo y no sabía bien dónde era.

La Guardia Civil comenzó a realizar sus averiguaciones hablando con vecinos, personal del colegio de sus hijos e incluso con familiares de València, pero nadie sabía nada.

A la mañana siguiente de presentar denuncia el marido, la joven «desaparecida» se personó en el cuartel de Benissa y aseguró que había sido víctima de un secuestro. Los guardias civiles recabaron datos sobre lo ocurrido y la mujer les explicó que el mismo día de la desaparición denunciada estaba esperando en la parada de autobús tras concluir su jornada laboral en La Vila y se acercó un todoterreno blanco con tres hombres en su interior.

La joven aseguró que esos desconocidos la obligaron a meterse en el coche y a continuación la trasladaron a una casa de piedra abandonada en un descampado. Allí, según su relato, le quitaron el bolso y tuvo que beberse un vaso de agua que según ella debía contener alguna droga porque se quedó adormecida. De hecho dice que se despertó al día siguiente sin recordar nada de lo ocurrido durante esa noche.

Los supuestos secuestradores la subieron de nuevo al coche y poco después la abandonaron en una carretera de La Vila Joiosa, donde comenzó a deambular hasta que llegó a la parada del bus para regresar a su domicilio.

Cuando acudió a denunciar el secuestro señaló también que se encontraba mareada y con dolor de cabeza, presumiblemente a causa de la bebida ingerida.

La Guardia Civil activó el protocolo para estos casos y lo primero que hizo fue trasladar a la joven a un centro hospitalario para ser examinada con el fin de determinar si había sido víctima de una agresión sexual o si había sido drogada. Sin embargo, las pruebas resultaron negativas en ambos sentidos.

Los investigadores reconocieron luego la zona donde dijo que estuvo secuestrada y tomó declaración a nuevos testigos. Al final descubrieron que la joven se había marchado voluntariamente con unos amigos y como la salida se alargó dos días planeó la historia del secuestro para que su marido no conociera lo que había pasado en realidad. La Guardia Civil de Calp le detuvo por simulación de delito al fingir su secuestra tras pasar a disposición judicial quedó en libertad provisional.