Actuaban de forma coordinada y mientras unos miembros de la banda se encargaban de concertar las visitas de supuestos revisores de luz o gas, los presuntos operarios entraban con esta excusa en viviendas de ancianas y en un descuido se apoderaban de dinero, joyas y cualquier otro efecto de valor que pudieran ver. Así han estado operando durante los dos últimos años por todo el país y los presuntos estafadores son tres hombres y dos mujeres de Alicante, San Vicente y Villena que fueron detenidos la semana pasada por la Policía Nacional de Cartagena. Por el momento se han esclarecido una decena de robos cometidos en Cartagena, Castellón, Elche, València y Zamora, aunque la investigación sigue abierta porque se sospecha que la banda desarticulada está implicada en un elevado número de hurtos por todo el país mediante este tipo de engaños.

Los cinco detenidos comparecieron el pasado jueves en el juzgado de guardia de Cartagena, donde fueron asistidos por el abogado Miguel Ángel Cánovas. El juzgado acordó prisión sin fianza para tres de los arrestados y libertad provisional para otros dos. La Fiscalía solicitó que se acordara la prisión con el fin de evitar la reiteración delictiva de la banda, ya que sostiene que su único trabajo es la comisión de este tipo de robos abusando de las víctimas por su grado de vulnerabilidad.

El Grupo IV de Policía Judicial de la Comisaría de Cartagena inició las pesquisas a raíz del robo sufrido en esta ciudad el pasado mes de octubre por una mujer de 83 años, a la que unos falsos técnicos de la luz sustrajeron 1.400 euros en efectivo y joyas por valor de 12.000 euros. La Policía judicializó sus pesquisas y bajo la dirección del juzgado de Instrucción número 1 de Cartagena, que autorizó la intervención de teléfonos de los sospechosos, los agentes esclarecieron otros robos cometidos por la banda de los falsos revisores de luz.

Según la investigación policial, las dos mujeres detenidas se encargaban de seleccionar a las víctimas, que normalmente eran personas de más de 80 años para facilitar la comisión del delito. Prueba de la intensa actividad que tenían es que con uno de los teléfonos investigados se realizaron cerca de 6.000 llamadas, la mayoría para seleccionar a víctimas.

El «modus operandi» era similar. Con la excusa de realizar una supuesta reparación o cualquier actuación relacionada con la luz engañaban a las víctimas para concertar una visita de los falsos operarios. Así, en el caso de la denuncia que motivó la apertura de las diligencias, la denunciante, de 83 años, relató que le llamaron a su casa para comunicarle que iba a recibir la visita de dos operarios de Iberdrola porque el contador de su vivienda estaba averiado y debían repararlo. Los falsos técnicos acudieron a la casa de la anciana, momento en que recibió una nueva llamada de la misma mujer cuya finalidad era entretenerla mientras sus cómplices le desvalijaban la casa. Los ladrones le dijeron que se iban a comprobar el contador general y ya no volvieron. Fue entonces cuando la mujer descubrió que le habían sustraído gran cantidad de joyas y 1.400 euros.

La Policía también detectó en su investigación que la banda usaba al menos dos líneas de teléfono a nombre de un ciudadano ecuatoriano y una mujer china que son ajenos a la trama, todo ello para despistar a las Fuerzas de Seguridad y tratar de eludir su responsabilidad.

En la provincia de Alicante se ha esclarecido un robo cometido el pasado 4 de octubre en Elche. La víctima fue una mujer de 84 años a la que sustrajeron 600 euros, joyas y un reloj de oro. El hurto lo consumaron tras engañar a la mujer con una supuesta rebaja en la factura de la luz a cambio de realizar unos cambios en el contador.

Asimismo, a una mujer de 83 años residente en Cartagena le dijeron que habían detectado un consumo excesivo de luz y los falsos operarios le cobraron 600 euros como adelanto de una reparación que dijeron que costaba 2.200 euros. A una vecina de València le quitaron una tarjeta y extrajeron 1.100 euros en cajeros. La Policía también ha logrado esclarecer algunos robos que ni siquiera habían denunciado las víctimas, como el de una mujer de Castellón cuyas joyas fueron vendidas por uno de los detenidos en un establecimiento de compraventa de oro de Torrevieja.

Las detenciones se realizaron en Alicante, Villena y en un hostal de un pueblo de Madrid, donde dos de los sospechosos buscaban nuevas víctimas. La Policía les acusa de delitos de hurto, estafa, usurpación de estado civil y pertenencia a grupo criminal.