Atado de pies y manos en el maletero de su coche. Así encontró la Policía Local de San Isidro a un conductor que declaró haber sido secuestrado en Albatera por dos hombres que le robaron unos 200 euros y una cadena de oro. Tras ser liberado por la Policía Local, gracias a la llamada de una vecina que oyó unos gritos, la investigación ha sido asumida por la Guardia Civil con el fin de aclarar el suceso y capturar a los autores.

Los hechos fueron descubiertos poco antes de las nueve de la noche del pasado miércoles en San Isidro. Una mujer que estaba paseando a su perro se alarmó por unos gritos que provenían del interior de un coche estacionado al final de una calle sin salida y llamó a la Policía Local.

Agentes de la Policía Local de San Isidro se personaron en el lugar y descubrieron que en el maletero del vehículo había un hombre que estaba inmovilizado al haber sido atado de pies y manos con unas bridas.

Los policías liberaron al hombre y una vez fuera del vehículo la víctima explicó que podría llevar varias horas dentro del maletero porque le secuestraron cuando no había anochecido aún. Según el denunciante, que es vecino de Elche, se encontraba dentro de su coche detenido en un semáforo de Albatera cuando de forma sorpresiva se subieron dos ciudadanos de origen árabe.

Uno de los asaltantes se colocó en el asiento del copiloto, mientras que el otro se puso detrás y sacó un cuchillo con el que amenazó al conductor. Le intimidaron para que fuera hasta un camino y allí le obligaron a bajar y le agredieron para robarle el dinero y una cadena de oro.

A continuación le ataron con las bridas y le introdujeron en el maletero de su turismo. Los asaltantes reanudaron la marcha con la víctima en el maletero y se desplazaron durante un tiempo indeterminado hasta que dejaron el coche abandonado en una calle sin salida de la vecina población de San Isidro.

Al estar inmovilizado de pies y manos, la víctima no pudo quitarse sus ligaduras para tratar de salir del maletero. Sólo le quedaba gritar para pedir ayuda y así hizo hasta que la fortuna le sonrió y una vecina que estaba por la calle paseando a su perro escuchó los gritos y alertó a la Policía Local.

Tras ser liberado por la Policía Local se personaron luego efectivos de la Guardia Civil, que trasladaron a la víctima a un centro de salud para ser reconocido.