Un directivo de un hotel de Alicante se ha declarado culpable de haber grabado en el baño con una cámara oculta a dos empleadas, según confirmaron a este diario fuentes cercanas al caso. La vista oral que estaba señalada en un juzgado de lo Penal de Alicante esta semana se ha cerrado con una conformidad después de que el acusado hubiera indemnizado a las dos trabajadoras afectadas. Tras el acuerdo cerrado entre la Fiscalía y la defensa, el hombre será condenado a un año y medio de prisión por un delito de revelación de secretos y no tendrá que ingresar en prisión por estos hechos.

Indemnización de 9.000 euros

Durante la investigación judicial, el hombre ha venido negando que el dispositivo se colocara para obtener imágenes íntimas de las trabajadoras y que sólo se usaba con fines de seguridad. Finalmente el día del juicio se ha declarado culpable y el proceso se ha cerrado con un acuerdo. Las indemnizaciones que se pedían por el Ministerio Público para las dos perjudicadas sumaban un total de 9.000 euros, según el escrito de acusación.

Los hechos ocurrieron a comienzos del pasado 2015. El acusado, jefe de personal del establecimiento, y sus dos empleadas trabajaban juntos en la oficina y compartían el cuarto de baño. La cámara se encontraba oculta en una pluma simulada que, a su vez, estaba escondida dentro de un paraguas. Según el escrito de acusación, al que ha tenido acceso este diario, el dispositivo estaba colocado de tal manera que permitía grabar a las dos empleadas mientras hacían sus necesidades, ya que estaba enfocado hacia la zona del inodoro.

Cámara oculta

El 20 de febrero una de las dos trabajadoras descubrió la cámara y se dio cuenta de que llevaba semanas siendo grabada mientras se encontraba en el lavabo, hecho que provocó que padeciera una crisis de ansiedad por la que tuvo que ser atendida en una clínica privada de Alicante. La Policía encontró que en la cámara se habían realizado 35 grabaciones durante las últimas cuatro semanas, sin que conste que se hubiera hecho ningún uso de este material audiovisual.

El acusado durante su declaración en el juzgado de Instrucción que investigó los hechos había venido manifestando que la única finalidad de la cámara era la de controlar que nadie ajeno a las dependencias hiciera uso del lavabo, que era de uso exclusivo para las tres personas que trabajaban en esa oficina. Una de las mujeres llevaba apenas año y medio trabajando cuando ocurrieron los hechos, mientras que la segunda estaba empleada desde hacía 18 años. Esta última fue la que sufrió una crisis de ansiedad de la impresión al conocer que la habían grabado en el cuarto de baño.

En su día, éste fue uno de los primeros delitos contra la intimidad que se investigaban en los juzgados de Alicante. Con el avance de las nuevas tecnologías este tipo de delitos cada vez son más frecuentes. Dispositivos de grabación ocultos para obtener imágenes subidas de todo, difusión de fotografías de contenido a través de redes sociales e incluso extorsiones para no hacerlas públicas.