Pánico a su maltratador. Una víctima de un caso de violencia de género no se presentó ayer a declarar en el juicio señalado en la Audiencia Provincial por miedo a su agresor. El hombre se encuentra en prisión provisional por estos hechos y se enfrenta a una petición de pena de 23 años de cárcel por lesiones, por agresión sexual y por romper la orden de alejamiento que tenía hacia su pareja. Fuentes cercanas al caso señalaron que el hombre había tenido otras órdenes de alejamiento de otras mujeres y tenía una vigente de su víctima en el momento en que ocurrieron los hechos.

Ante la incomparecencia de este testigo clave, la Audiencia optó ayer por continuar el juicio interrogando a los testigos que estaban citados y al propio acusado, reservando una nueva sesión para dentro de dos semanas en la que intentar que ella declare. Las fuentes consultadas por este diario señalaron que la posibilidad de pedir a las fuerzas de seguridad que la trasladen detenida al juicio para garantizar su declaración (tal como suele hacerse en otros procesos judiciales donde un testigo se niega a comparecer ante el tribunal) parecía excesiva, por lo que se están barajando otras medidas como posibilitar que declare a distancia por videoconferencia para evitar cualquier tipo de contacto con el presunto agresor.

Las fuentes consultadas por este diario señalaron que el acusado ya habría intentado tras una agresión anterior que la mujer culpara de los hechos a otra pareja de ésta, ante la posibilidad de que fuera detenido.

El hombre está acusado de haber dado dos palizas a su pareja y de haberla agredido sexualmente durante las navidades del año 2016, según el escrito de acusación al que ha tenido acceso este diario. Al parecer fue la mujer quien fue a buscarle a su domicilio a pesar de que había una orden de alejamiento en vigor.

En los cinco días que estuvieron juntos en la vivienda de éste en Altea le propinó dos palizas durante las que la víctima sufrió una fractura de clavícula como consecuencia de los golpes. Las mismas fuentes indicaron que el hombre hasta le habría puesto en una ocasión un collar de perro durante las agresiones.

Ayer el acusado se limitó a declarar para negar los hechos que se le imputaban, mientras que el sala también testificaron los agentes de la Guardia Civil que intervinieron en la investigación de estos hechos. El juicio se reanudará el próximo 14 de marzo para interrogar a la víctima y podría quedar visto para sentencia una vez que las partes expongan sus conclusiones.