La Audiencia Provincial de Alicante tiene previsto iniciar el próximo martes el macrojuicio a los acusados de formar parte de la banda latina Mara Salvatrucha e implantar esta organización criminal en España desde Ibi, una causa en la que hay 41 procesados aunque, según el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad Valenciana, serán 38 los acusados que van a ser enjuiciados. La acusación pública la dirige la Fiscalía Anticorrupción e inicialmente solicita penas de entre dos y treinta años de prisión por los delitos de organización criminal, tráfico de drogas, blanqueo de capitales, tenencia ilícita de arma, lesiones, amenazas y conspiración e intento de asesinato. En total se solicitan penas que suman 380 años de prisión.

La vista oral se celebrará en la Sección Segunda, que ha señalado una docena de sesiones entre el próximo martes y el 10 de mayo. En la primera sesión se abordarán las cuestiones previas que planteen las defensas y la siguiente jornada está prevista para el 8 de marzo. Varios de los procesados se encuentran en prisión.

La organización Mara Salvatrucha es de origen salvadoreño y emplea medios extremadamente violentos, según la Fiscalía. La Guardia Civil desmanteló en marzo de 2014 esta banda, que estaba asentada en Ibi y tenía ramificaciones en Madrid, Girona y Barcelona. Según el TSJ, el ministerio público sostiene que los acusados pretendían consolidar en España una banda similar a la Mara salvadoreña, con la que tenían contacto y de la que recibieron financiación.

Los miembros de la agrupación participaron en varias peleas por le control del territorio con bandas rivales y planificaron el asesinato de uno de sus adversarios, que finalmente no pudieron ejecutar.

El grupo desarticulado por la Guardia Civil se financiaba a través del tráfico de drogas, mediante una red de transporte, almacenamiento y distribución de marihuana y cocaína. Asimismo, la acusación pública asegura que la Mara poseía armas de fuego a disposición de todos sus miembros.

Plan de expansión

Según la Fiscalía, desde Ibi habían puesto en marcha un «plan expansionista» por toda España en conexión con las maras de otros países como Guatemala, Salvador y Estados Unidos. En España, habían conseguido formar las clicas (nombre que reciben el grupo en cada territorio) de Ibi, Madrid, Girona y Barcelona.

La mayor pena se reclama para Esteban N. M., a quien se conoce como Darki y que era el encargado de llevar a cabo el denominado «Programa 34», cuyo fin era organizar todas las clicas españolas, unificar criterios de actuación e introducir a la Mara Salvatrucha. La Fiscalía le pide penas de casi treinta años de prisión por los citados delitos. Para otros responsables de las clicas se reclaman penas de entre 14 y 29 años en función de su participación en los delitos. Para los acusados que sólo estarán en el banquillo por su pertenencia a las maras se piden entre dos y tres años de prisión.

Escuchas

El escrito de acusación revela que las escuchas telefónicas de la Guardia Civil apuntan a que la banda latina pretendía financiarse con sus ingresos del narcotráfico, concretamente de la venta de cocaína y de marihuana. La acusación sostiene que desde El Salvador se llegaron a enviar 10.000 dólares para empezar a financiar las actividades de la banda en España.

Entre los planes de la banda latina estaba también la compra de un chiringuito o un negocio de compra-venta de coches para blanquear el dinero de la organización.

El escrito de acusación relata que el intento de asesinato de un ciudadano rumano perteneciente a otra banda con la que estaban enfrentados precipitó la operación en el año 2014.

Los supuestos ejecutores que vinieron a España a cometer el crimen fueron arrestados por la Guardia Civil, con las armas con las que supuestamente iban a tirotear a su víctima.

Según la Fiscalía, hubo un segundo intento de asesinato para acabar con la vida de un testigo de un apuñalamiento llevado a cabo por la banda latina en el Puerto de Alicante en el año 2012. El testigo podría haberse afincado en Barcelona por lo que las escuchas revelan contactos entre las clicas de Ibi y la ciudad condal para adquirir un arma de fuego.