La Audiencia de Alicante juzgó ayer dos casos de presuntas agresiones sexuales a empleadas de hostería en establecimientos de hostelería de la Marina Alta. Los dos casos se produjeron en un restaurante de Ondara en 2015 y en un pub de Calp en el año 2005.

En los hechos ocurridos en Calp, la víctima era la camarera de un pub a la que el acusado la sorprendió mientras estaba de espaldas y la sometió a tocamientos. La víctima era entonces menor de edad, ya que los supuestos abusos se remontan al año 2005. Los retrasos en llevar la causa a juicio se deben a que todas las diligencias se perdieron en los juzgados de Dénia y fue necesario recontruir todo el expediente. Para más complicación, la víctima se negaba a ir a declarar al juicio y se había desentendido del proceso. Sin embargo, el hombre admitió ayer los hechos en la Audiencia y se conformó con un año de prisión. La Fiscalía pedía inicialmente cuatro años, una pena que se redujo a un año al entender que había dilaciones indebidas.

Otra sala juzgó ayer al responsable de un restaurante de Ondara acusado de abusar sexualmente de una de sus empleadas. Según el escrito de acusación de la Fiscalía, los supuestos abusos comenzaron una semana después de que la víctima empezara a trabajar en el local y primero consistieron en tocamientos. La víctima denunció que la madrugada del 10 de julio de ese año el acusado la obligó a mantener relaciones sexuales por la fuerza. La denuncia se presentó ante la Guardia Civil esa misma noche. La Fiscalía reclama ocho años y medio de cárcel por delitos de agresión sexual y acoso laboral, unas penas que mantuvo al final del juicio. Por su parte, el procesado negó todas las acusaciones y aseguró que la relación sexual que mantuvo con la víctima fue un acto consentido.

En otra sala de la Audiencia, se juzgó también ayer a un hombre que se metió en la cama de la novia de un amigo mientras ella estaba durmiendo para tener relaciones con ella. Los hechos ocurrieron en junio de 2015, cuando un grupo de amigos se encontraba en un piso de Alicante después de volver de fiesta. La mujer aseguró que estaba en la cama durmiendo con su novio cuando el acusado se metió allí con ellos y empezó a introducirle los dedos en la vagina. La pareja se despertó sobresaltada y acabó echando de la casa al acusado. Éste adujo que estaba en la vivienda con otra chica y que ella le dijo que le esperaba en la habitación y que por error se metió en la cama de la pareja. La fiscal mantuvo la petición de cuatro años de cárcel para él, al no considerar acreditado que hubiera otra mujer en la casa esperando en la cama al acusado.