«Vente que te voy a comprar algo». Esto fue lo que le dijo el presunto pederasta a una niña de 8 años que miraba el escaparate de una papelería en la plaza de los Luceros mientras la cogía del brazo y tiraba de ella el pasado sábado. Así lo relató ayer la camarera de un bar que está al lado de donde sucedieron los hechos y que se acercó al ver a la Policía y a varias personas.

«Menos mal que la niña era espabilada y alertó de lo que estaba ocurriendo porque si llega a ser más pequeña no sé qué habría pasado», indicó la camarera Odalmis Millet. «A él lo vi sentado en el bordillo con sus gafas de sol puestas y tan tranquilo hasta que la Policía se lo llevó», añadió esta trabajadora, aún alarmada por el suceso.

Además, una vecina que pasó con su hija al poco del intento de rapto y vio al detenido le comentó que no era la primera vez que ese hombre había tratado de llevarse a algún menor y que ya había sido arrestado con anterioridad. Efectivamente, el individuo, de 73 años, estaba en libertad con cargos tras abusar presuntamente de dos menores a cambio de droga, dinero y regalos. Sin embargo, Millet no pudo precisar si esa mujer conocía al supuesto pederasta o es que lo había visto merodeando por la zona en los últimos días.

Otro camarero de la cafetería que hace esquina con la avenida de Alfonso el Sabio, justo al otro lado de la papelería, narró a este periódico que habían abierto el establecimiento poco antes del suceso y que en ese momento él estaba dentro del local. «Era antes de las 11 de la mañana y cuando salí a la terraza vi a un hombre esposado sentado en el bordillo. Me acerqué para ver qué había pasado y me contaron que se había intentado llevar a una niña pero que entre varias personas consiguieron impedirlo. Por lo visto hubo un forcejeo entre gente que pasaban por aquí y la madre de la niña contra él», explicó Jesús León. «Menos mal que pasó gente porque era antes de las 11 de la mañana y tampoco hay a esas horas tantas personas como a partir de las 12», indicó aún inquieto por el suceso.

El septuagenario no obstante consiguió huir y fue arrestado poco después en las inmediaciones por agentes de la Policía Nacional cuando se estaba quitando el gorro y la bufanda que llevaba ocultando parte de su rostro y se le incautaron unas tijeras, unos guantes de látex y una caja de comprimidos para tratamiento de la disfunción eréctil.

Una mezcla de miedo, preocupación e indignación se adueñaron de vecinos y transeúntes de la céntrica plaza tras conocer el intento de rapto de la menor a plena luz del día en el centro de la ciudad.

«¿Eso ha pasado aquí?», preguntaba incrédula una vecina nada más salir del portal anexo al local donde el hombre presuntamente intentó llevarse a la niña tras ser preguntada por si fue testigo el sábado de los hechos. «Es horrible, espero que no cambien la ley de la cadena perpetua revisable porque gente así no puede estar en la calle», afirmó.

La conmoción en la zona era ayer por la mañana aún patente porque muchos vecinos se enteraron de lo ocurrido al ser preguntados por los medios de comunicación, al igual que en el resto de bares y comercios de Luceros, donde dependientes y camareros señalaron que no vieron nada raro el sábado. Sólo desde una taberna cercana la camarera aseguró que vio un furgón policial pero no le dio importancia porque es frecuente la presencia de los agentes en la plaza. «De hecho tenemos cámaras que enfocan a la terraza pero no se ve nada», añadió.

«Nos acabamos de enterar y hemos preguntado a las compañeras que trabajaron el sábado pero no vieron ni escucharon nada. Es increíble que algo así pase en pleno Luceros, vaya susto, menos mal que no consiguió llevársela», señalaron dos dependientas de una tienda situada al otro lado de la plaza.

El presunto pederasta no consiguió afortunadamente su objetivo y desde ayer está en prisión preventiva, pero los residentes y comerciantes de la zona tardarán en olvidar lo sucedido.