Las contradicciones entre los dos detenidos por la muerte de Nathaly Salazar Ayala, la joven valenciana desaparecida en Cuzco el 2 de enero, han llevado a los investigadores de la División de Investigación Criminal (Divincri, la Policía Judicial peruana) y a los dos agentes de la UDEV central de la Policía Nacional española desplazados a Perú a sospechar que ambos mienten. De hecho, el máximo responsable de la Policía Nacional del Perú (PNP) en la región de Cuzco dejó ayer en rueda de prensa la puerta abierta a un posible homicidio doloso.

A lo largo del día de ayer, los dos detenidos fueron llevados al punto donde se encuentra la tirolina, a unos tres kilómetros de las terrazas agrícolas circulares de Moray, para participar en la reconstrucción de los hechos, si bien al cierre de esta edición no había trascendido el resultado de esa diligencia.

Según desveló el general jefe de la Policía de la región de Cuzco, Max Iglesias, Nathaly habría conocido en la ciudad a uno de los ahora detenidos, Jainor Huillca Huamán, de 19 años, que es quien la habría llevado en su vehículo, a modo de taxi, hasta el lugar donde desarrollaron la actividad lúdica. El otro, Luzgardo Pillcopata Amaru, de 21 años, es empleado de la empresa Maras Adventure, con sede en Cuzco y dedicada a recorridos turísticos por las ruinas de Machu Pichu, las salineras de Maras, las terrazas de Moray y otros puntos turísticos de la zona.

Al parecer, Nathaly contactó con la empresa a través de un anuncio de Internet, y la Policía trata ahora de saber si la actividad era conocida por el dueño de Maras Adventure, o si Luzgardo y Jainor, que eran amigos desde la infancia, concertaron la cita con Nathaly y otros turistas a espaldas del jefe del primero, para sacarse un dinero por su cuenta.

Iglesias fue rotundo al fijar como la prioridad número uno el hallazgo del cadáver, ya que de su análisis y los resultados de la autopsia dependerá saber si la chica murió realmente al estrellarse contra una roca tras un fallo mecánico por no instalar correctamente «todas las medidas de seguridad», en palabras del general de la PNP, o si, por el contrario, la mataron en el transcurso de una acción de otro tipo. De hecho, la Policía ni siquiera descarta el intento de violación, «ya que, el testimonio de dos personas que sólo han confesado después de sentirse acorraladas por la Policía no es muy de fiar», afirmó.

El domingo, una veintena de policías especializados en alta montaña rastrearon seis kilómetros del río Vilcanota, desde la torre eléctrica al pie de la cual afirman haber arrojado el cuerpo sin vida de Nathaly al agua hasta el pueblo de Urubamba, sin resultado, por lo que ayer se prolongó ese rastreo y hoy se revisará de nuevo todo el recorrido. Además, la Policía está gestionando que un helicóptero se una a las labores de búsqueda, para realizar los rastreos desde el aire.

La Fiscalía de Cuzco incluso baraja acusar a los dos detenidos de omisión del deber de socorro, ya que, según el general Iglesias, en caso de que sea cierto que la arrojaron al río, ni siquiera «podemos saber si seguía con vida». Al parecer, Luzgardo declaró tras su detención que se habían deshecho del cuerpo «por miedo a ser despedido». Al respecto, el jefe de Policía sentenció: «No es eso lo que se hace con una persona accidentada, arrojarla al río. Y menos Huillca, que se dice amigo de ella. Un amigo no hace eso».