Un andamio de 30 metros de altura y seis toneladas de peso se desplomó a primera hora de la tarde de ayer en la plaza Ruperto Chapí, frente al Teatro Principal, sin que hubiera víctimas. Los bomberos utilizaron perros de rescate y visores térmicos para descartar que hubiera algún cuerpo bajo el gran amasijo de hierros. También se inspeccionaron las cámaras de seguridad de un banco cercano para comprobar que en el momento del derrumbe no pasaba nadie por debajo. El trabajo de los bomberos para retirar de la calzada el enorme volumen de hierros se prolongó hasta las tres de la madrugada y a las cuatro se reabrió el tráfico.

Una de las hipótesis con las que se trabaja, según ha podido saber INFORMACIÓN de fuentes técnicas, es que algo falló durante las tareas de desmontaje de la estructura, que en realidad era un doble andamio, y que se estaban efectuando ayer tras concluir la rehabilitación de una parte de la fachada en la que se trabajaba desde agosto. El exceso de peso sobre uno de los andamios, que habría servido de apoyo a las piezas del otro mientras se desmontaba, pudo desencadenar el accidente, según las fuentes contrastadas.

El suceso tuvo lugar en torno a las 16.15 horas en un edificio de 10 plantas ubicado en el número 1 de la plaza Ruperto Chapí, concretamente en la esquina entre las calles Bailén y Duque de Zaragoza.

El inmueble está siendo rehabilitado desde finales del pasado mes de agosto. De repente, el andamio cedió y se vino abajo casi por completo, siete plantas de las diez, llevándose consigo parte de los balcones. Únicamente quedaron ancladas a la fachada del inmueble las tres plantas superiores del andamio y el enorme tubo que se emplea para desescombrar. Los siete pisos de andamios quedaron en medio de la calzada, hechos un amasijo de hierros de varios metros de altura. En la zona del accidente se ubican el consulado de Marruecos y el acceso por el que entran y salen los camiones al Banco de España.

Casualmente, minutos antes del accidente a escasos metros del andamio se encontraba tomando un café el portavoz del grupo popular en el Ayuntamiento, Luis Barcala, quien aseguró que «afortunadamente el andamio crujió dos veces antes de caer, por lo que nos dio tiempo a salir corriendo». Barcala aseguró que en el momento del desplome había por lo menos cuatro personas en las inmediaciones, por lo menos una de ellas en la misma calle Bailén, que salieron corriendo nada más escuchar el segundo crujido que antecedió al derrumbe.

El despliegue policial fue inmediato, quedando cortadas las calles del Teatro, Bailén, Duque de Zaragoza y López Torregrosa. Hasta el lugar del accidente se desplazaron 18 agentes de la Policía y 20 efectivos de los bomberos. También la unidad Científica de la Policía Nacional, que se está haciendo cargo de la investigación para determinar las causas del derrumbe. Lo primero que hicieron los bomberos fue comprobar que no había nadie bajo los andamios. La casualidad también hizo que a la hora del accidente los operarios que trabajaban en la rehabilitación del inmueble estuvieran comiendo, por lo que ninguno de ellos sufrió daños personales.

Antes de retirar los andamios del suelo, los bomberos comenzaron por desmontar la parte que había quedado colgando y que amenazaba con desplomarse también. Según precisó el edil de Seguridad, Fernando Marcos, concluidos estos trabajos se retirarían todos los hierros del suelo, tarea que estaba previsto que se prolongase durante buena parte de la noche.

El alcalde de Alicante, Gabriel Echávarri, estuvo en la zona del derrumbe interesándose por lo sucedido, acompañado del director del Teatro Principal, Francesc Sanguino.