Un juzgado de lo Penal ha condenado a un hombre por colgar carteles con insultos a un policía local en el centro de Alicante, según la sentencia a la que ha tenido acceso este diario. El fallo le impone una multa de ocho meses a razón de seis euros diarios (1.440 euros) por un delito de injurias graves con publicidad, así como a indemnizar con 1.900 euros más intereses al agente injuriado. Los hechos ocurrieron la madrugada del 15 de mayo de 2016 cuando el acusado fue sorprendido pegando los carteles con insultos al funcionario y, a escasos metros de él, se encontraron hasta 61 carteles más depositados en un carro. Asimismo, los agentes tuvieron que retirar varios más que habían sido pegados en distintas calles del centro urbano esa noche.
Los insultos iba dirigidos contra un oficial de la Unidad Fox de la Policía Local que se puso en marcha a la vigilancia y control de la venta ambulante, el botellón y la inspección de veladores. Este oficial fue uno de los funcionarios que resultó herido por un grupo de manteros en la Explanada en el verano de 2013. Según declaró el oficial, días antes de este arresto tuvo un altercado con el propietario de un pub del casco antiguo tras haberle sancionado durante una inspección en la terraza y que era amigo del acusado.
La juez señala en la sentencia que por la simple lectura de los carteles intervenidos «no es difícil saber a quien se estaban refiriendo» y subraya que ningún testigo había puesto en duda quién era el destinatario de esos mensajes insultantes. El fallo incide en que el acusado no era una persona ajena a los hechos, puesto que era amigo del propietario y llegó a estar trabajando en un pub al que se le pusieron varias sanciones por infracción de las ordenanzas municipales firmadas por el agente objeto de los insultos. La sentencia incide en que algunas de ellas fueron notificadas personalmente al propio procesado.
Pero otro de los datos decisivos valorados por la magistrada a la hora de dictar sentencia es que el hombre fue sorprendido in fraganti por la Policía Local colocando lo carteles y con unos guantes de látex puestos. Ni el cubo con el pegamento, ni la brocha fueron localizados, pero los funcionarios sospechaban que había otra persona ayudándole y que éste se dio a la fuga sin que llegara a ser localizado. El acusado negó durante el juicio haber estado pegando los carteles y justificó el uso de los guantes porque en ese momento salía del local donde tiene un taller de arreglar una moto. La magistrada no ha dado ninguna credibilidad a esta versión y concluye que el acusado estaba colocando los carteles en el momento en que fue sorprendido por los funcionarios.
El agente injuriado estaba personado en la causa como acusación particular a través del despacho Pérez Prados Abogados de Alicante.