Gracias a la eficacia de la Guardia Civil el año ha comenzado con una noticia positiva en esta lucha continua contra la lacra de la violencia machista. Agentes del Instituto Armado lograron evitar la muerte de una víctima de malos tratos que durante cuatro largas horas permaneció retenida por su expareja, con una orden de alejamiento en vigor, quien atrincherado en el domicilio de ella, en Requena, y armado con un cuchillo de grandes dimensiones, amenazaba con acabar con la vida de ésta. «¡Iros para atrás o la mato, no os acerquéis o me la cargo!», gritaba desde una ventana el presunto maltratador, según relataron testigos de este operativo con final feliz.

La prioridad para los agentes siempre fue la de garantizar la seguridad de la mujer, de 39 años, quien contaba con una orden de protección desde el pasado mes de abril, que se incrementó a finales de noviembre debido a un nuevo quebrantamiento de la medida judicial de alejamiento que pesaba sobre su excompañero sentimental y ahora arrestado, de 32 años. Así, para asegurar la vida de la mujer, y después de una dura negociación, los cuatro agentes de la Guardia Civil lograron irrumpir en el inmueble después de que uno de sus compañeros se vistiera de médico para despistar al secuestrador.

Aprovechando este breve momento de despiste, dos agentes de la Policía Judicial de Requena se fueron rápidamente a por la víctima, para asegurarse de que no sufriera daño alguno. Simultáneamente otros dos agentes del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) entraron por la fueza y lograron desarmar y detener al presunto secuestrador. El arrestado, identificado como Alberto J. P. P., y también vecino de Requena, tenía prohibido actualmente entrar en el municipio por su último quebrantamiento de la orden de alejamiento dictada por el juzgado especializado en violencia contra la mujer en abril.

En la mañana de ayer, incumpliendo nuevamente dicha medida judicial, este maltratador reincidente entró por la fuerza en la vivienda de su exnovia. Previamente, el ahora arrestado se quitó la pulsera telemática que portaba y la arrojó por la ventanilla del coche a su paso por Chiva. Aunque nada más quitarse el dispositivo se genera inmediatamente una señal que alerta a la Guardia Civil que hace el seguimiento de la víctima, en este caso el aparato no emitió señal alguna. Además, una vez dentro de la casa éste arrojó también el dispositivo de protección de su víctima por la ventana.

Una vecina de la finca de al lado fue la que telefoneó al 112 alertando de un posible caso de violencia machista al escuchar gritos en la vivienda. Otros vecinos relataron que el hombre estaba muy alterado y estaba arrojando objetos desde la ventana, como un jarrón y hasta un ventanal, que cayó sobre un vehículo estacionado en la calle, fracturando la luna delantera de éste.

Rápidamente se activó el dispositivo para este tipo de casos, con riesgo alto para la víctima, desplazándose al lugar agentes de la Policía Judicial y del grupo de intervención GRS de la Guardia Civil. Asimismo, la Policía Local de Requena colaboró perimetrando las calles adyacentes al domicilio donde el presunto maltratador tenía retenida a su expareja desde las 10.30 amenazándola con un cuchillo de cocina de grandes dimensiones.

La Policía Local ya había acudido en varias ocasiones al domicilio por anteriores quebrantamientos, la última de ellas el pasado 22 de noviembre. También acudieron dos ambulancias; un SAMU y Soporte Vital Básico, y una dotación de bomberos.

Como marca el protocolo para evitar que pueda provocar una explosión, se cortó el gas y los agentes del GRS se colocaron en distintos puntos de entrada para proceder ante una posible intervención rápida si la negociación del mediador de la Comandancia fallaba. Los medios sanitarios no hicieron falta, la Guardia Civil rescató a la mujer sin un solo rasguño.