Continúan las investigaciones para esclarecer qué pasó el pasado sábado en el accidente que tuvo lugar en una gasolinera de Benicàssim y en el que dos jóvenes perdieron la vida. Por un lado, continúa la instrucción de Tráfico para esclarecer la causa del accidente en la que un vehículo colisionó contra una gasolinera de Benicàssim, en la N-340. Dentro de esta investigación se ha confirmado que no existen marcas de frenada en la calzada. Este dato refuerza la hipótesis de que el accidente fuera intencionado y que pudiera ser un caso de violencia de género.

Y es que junto a la investigación del accidente por parte de Tráfico, la Policía Judicial tiene abierta una investigación sobre un presunto caso de violencia de género. En este caso, la Policía Nacional ha confirmado que la joven de 20 años, A. C. C. fue introducida esa mañana de sábado «a la fuerza» en el turismo siniestrado por su expareja, V. L. J., de 28 años quien también falleció. El turismo se incendió tras la colisión con el surtidor de la gasolinera.

La pareja había roto su relación de unos dos años el pasado noviembre, y este mes de diciembre un familiar de la chica denunció que el joven la había intentado atropellar. Tras esta denuncia el Juzgado de Violencia sobre la mujer de Vila-real impuso al presunto agresor la prohibición de acercarse a la mujer a menos de 200 metros y de comunicarse con ella por cualquier vía.

La joven vila-realense contaba con medidas de protección por parte de una agente de la Policía Local de Vila-real. Asimismo, la madre y hermana de la joven fallecida ratificaron ayer que ésta había sido amenazada en varias ocasiones por su expareja.

Compañeras del almacén de cítricos donde trabajaba la joven víctima indicaron que ésta les había confesado en más de una ocasión los «problemas» con su expareja y que tenía «miedo». Amigas de la joven también confirmaron que el presunto asesino le maltrataba y tenía antecedentes por malos tratos hacia una pareja anterior.

Último adiós

La arciprestal de Vila-real despidió ayer a la joven en un multitudinario funeral que congregó a cientos de personas, sobre todo jóvenes amigos de la fallecida, así como familiares y representantes municipales, encabezados por el alcalde de Vila-real, José Benlloch.

Durante el sermón, el párroco lamentó el último caso de violencia de género sufrido por una vecina de Vila-real. «La violencia machista es una antirracionalidad de aquellos que no conocen el don del encuentro y del diálogo, recurren a la destrucción, a la muerte. Y el dolor, nuestro dolor se hace mayor cuando ponemos rostro a las víctimas de este tipo de violencia. En estos rostros está el de la joven de Vila-real, muy presente hoy en nuestro corazón y oración», comentó el párroco quien, incidiendo en que estamos ante un nuevo caso de violencia de género, hizo un llamamiento a la colaboración para luchar contra esta lacra social. «Somos conscientes que es un problema difícil de resolver, pero a pesar de la dificultad no podemos quedarnos de brazos cruzados. Todos, cada uno según sus posibilidades, podemos trabajar en favor de la convivencia, del diálogo, del respeto por el otro (...) Tenemos que trabajar en una sociedad justa e igualitaria, en la que el otro no sea el enemigo, sino el que camina conmigo», añadió el oficiante.