La Audiencia de Alicante sentó ayer en el banquillo a un joven de 23 años acusado de haber intentado violar a una joven en los baños de una discoteca de Novelda en mayo de 2013. El procesado adujo que se trataba de una relación consentida, mientras que la víctima se reafirmó en su denuncia. Ambos ofrecieron versiones diametralmente opuestas en el juicio que ayer quedó visto para sentencia en la Sección Tercera de la Audiencia. La Fiscalía mantuvo su petición de condena de cuatro años de prisión por un delito de agresión sexual, mientras que la defensa reclamó la libre absolución.

Los hechos ocurrieron sobre las seis de la madrugada del 5 de mayo de 2013 en una discoteca situada en un polígono de Novelda, donde el acusado estaba de fiesta con un grupo de amigos. El procesado y la víctima, que habían acudido al local con grupos diferentes, coincidieron en los lavabos. La víctima mantuvo ayer en el juicio que, cuando estaba en el aseo, irrumpió el acusado y se encerró con ella en el interior de uno de los baños cerrando el pestillo. Allí, según su versión, él empezó a hacerle tocamientos contra su voluntad y llegó a decirle que le hiciera una felación, a lo que ella se negó entre gritos y sollozos.

Por su parte, el acusado sostuvo que, cuando él salía del baño, la chica le invitó a pasar al de mujeres donde empezaron a besarse en uno de los aseos. El procesado mantuvo que en un momento dado propuso a la joven hacerle una felación y que al ver que ella tuvo una reacción extraña optó por marcharse de allí. Éste negó que hubiera usado la violencia y que la encerrara en el lavabo.

La joven pidió ayuda a sus amigas a través del Whatsapp mientras estaba en el baño encerrada con el acusado. Unas de las amigas subió para buscarla pero no vio nada. Según la víctima, en ese momento el procesado la tenía con la boca tapada para que no hablara. Fue la segunda vez que subieron al baño cuando el acusado acabó dándose a la fuga.

La versión del procesado es que se cruzó con las amigas al salir pero negó que estuviera huyendo. Más tarde salió a la calle a fumar un cigarro con sus amigos y mientras estaban en la entrada, bajó la víctima con los porteros de seguridad que se lanzaron a por él, momento en que éste sí que huyó en su coche a toda velocidad, según su versión. A las dos horas de llegar a casa, recibió una llamada de la Guardia Civil tras ser denunciado por la mujer.