Un septuagenario admitió ayer en la Audiencia que mató a su vecino a puñaladas en Elda el 25 de agosto de 2016 después de una discusión. El juicio arrancó ayer en la Audiencia Provincial con un jurado popular y ayer quedó visto para el veredicto después de que todas las acusaciones (la Fiscalía y los representantes de los dos hijos y una hermana del fallecido) aceptaran reclamar una pena de nueve años de cárcel para el acusado, después de que éste admitiera los hechos. El jurado empezará hoy por la mañana a deliberar el veredicto.

Los hechos ocurrieron sobre las once de la noche, cuando la víctima, de 52 años, llegó a casa en estado de de embriaguez por la noche y empezó a aporrear la puerta del acusado. «Empezó a pegar patadas en mi puerta, no nos andemos por las ramas y ahí es cuando se lió la madeja», aseguró. El acusado Ramón L. C. entró en su domicilio, fue a la cocina. cogió una cuchillo de diez centímetros de hoja y asestó hasta ocho puñaladas a la víctima que le causaron la muerte. Cuatro en el brazo y otras cuatro en el pecho. Agresor y víctima ya habían tenido otros altercados en el pasado. Ayer en el juicio el acusado dijo que nunca se había peleado con nadie pero que su vecino era una persona «agresiva» y que cogió el cuchillo porque pensó que iba a agredirle. La analítica practicada al cadáver arrojó un resultado de 3,12 g/l, según revela el escrito de acusación de la Fiscalía.

La investigación policial comenzó después de que una patrulla encontrara el cadáver en la calle en medio de un gran charco de sangre cerca de dos horas después. Los agentes fueron preguntando a los vecinos y cuando llegaron a casa del sospechoso, éste les admitió los hechos prácticamente sin que tuvieran que preguntarle nada. «No les he llamado porque no tenía dinero para el teléfono», les dijo. A continuación les entregó tanto el cuchillo como el papel que momentos antes había usado para limpiar la sangre. Las fuentes consultadas por este diario señalaron que los agentes en un primer momento no habían sospechado de él debido a su apariencia de fragilidad, aunque éste les abrió la puerta sin camiseta, pero con una mancha de sangre sobre el cuerpo.

El procesado vivía solo en una zona marginal de Elda. Fuentes cercanas al caso señalaron que pasaba largas temporadas encerrado en su casa sin hablar con nadie. Desde que ocurrieron los hechos está en prisión, aunque se encuentra ingresado en la enfermería del centro penitenciario debido a sus problemas de salud.

La Fiscalía reclamaba inicialmente una pena de diez años de prisión por un delito de homicidio, petición que ayer rebajó a nueve años después de que el procesado admitiera los hechos y a la que se sumaron el resto de las acusaciones. Tras la emisión del veredicto durante la mañana de hoy, el caso quedará visto para sentencia.