La Guardia Civil de Crevillent desarticuló el miércoles una banda juvenil, compuesta por diez menores con edades comprendidas entre los 13 y los 15 años, que presuntamente amenazaban y agredían a otros jóvenes para someterles y que hicieran lo que les solicitaban. De los diez adolescentes, dos de las jóvenes, de 15 años de edad, han sido detenidas y han pasado a disposición judicial en la Fiscalía de Menores de Alicante por los delitos de acoso escolar, lesiones y amenazas. Las menores han quedado en libertad provisional con cargos.

La investigación policial comenzó cuando los agentes de la Benemérita recibieron denuncias de dos de los institutos del municipio, donde se había detectado varios casos de acoso escolar y abusos. Ante estos hechos, se iniciaron las pesquisas necesarias para averiguar la identidad de los presuntos acosadores, que resultaron ser alumnos de los mismos centros educativos donde se llevaron a cabo, presuntamente, los abusos a menores.

La actuación de los investigadores se vio precipitada por otra denuncia, esta vez la de una madre, que puso en conocimiento de las autoridades que su hijo se había autolesionado y había abandonado el domicilio familiar, a consecuencia del acoso escolar que estaba sufriendo por parte del grupo.

Esta fue la gota que colmó el vaso, y que hizo a los agentes proceder a la toma de declaración de los diez sospechosos. Tras su testimonio, también se procedió a interrogar a las víctimas para iniciar el expediente judicial. La Guardia Civil, además, recogió el testimonio de testigos de estos abusos, para que corroboraran los hechos denunciados.

Las declaraciones sirvieron para que los agentes determinaran el patrón de conducta a la hora de someter a las víctimas. Es aquí donde los investigadores no dudaron en calificar al grupo de adolescentes como una banda, ya que actuaban como tal en cuanto a la jerarquización y organización de roles para conseguir sus fines. El modus operandi pasaba por anular a las víctimas y conseguir que formaran parte del grupo a través de amenazas, coacciones y agresiones, para luego someterlas a su voluntad.

Una líder de 15 años

Los miembros obedecían las órdenes de la líder, una joven de 15 años de la localidad. La cabeza del grupo, junto a otra de las integrantes, de la misma edad, pasaron a disposición judicial tras su detención, acusadas de delitos de acoso escolar, lesiones y amenazas. Tras su declaración, quedaron en libertad provisional con cargos.

Además de las detenidas, tres adolescentes de entre 14 y 15 años están siendo investigados. Los otros cinco, tres mujeres y dos varones, son inimputables, al ser menores de 14 años. Eso supone que no pueden ser enjuiciados, ni siquiera por el tribunal de menores, precisamente por esa condición de inimputables.

Dentro de la banda, había una clara preferencia para escoger a las víctimas ya que, habitualmente, eran personas vulnerables y manipulables, que en la mayoría de ocasiones, se encontraban en riesgo de exclusión social, según la Guardia Civil. El grupo estaba formado íntegramente por menores de la localidad.