El marino mercante jubilado de 70 años asesinado hace dos años en su domicilio de la calle Topacio en Alicante con la presunta intención de ocupar su vivienda era «la víctima ideal». Así lo aseguró ayer en el juicio que se celebra en la Audiencia por este crimen el inspector de la Policía Nacional que dirigió las pesquisas para esclarecer esta muerte violento. Según este policía, el fallecido no tenía familia y era solitario, por lo que nadie la reclamaría una vez fallecido el dueño.

Asimismo, señaló que el acusado del crimen, que vivía de okupa en otra casa del mismo edificio pero les habían denunciado y tenían que desalojarla, «buscaba una vivienda de planta baja por los problemas de movilidad de su pareja». Añadió que «estaban necesitados de vivienda y vinieron de Madrid huyendo por problemas familiares».

El inspector de la Policía declaró por otra parte que el acusado del asesinato, para quien la Fiscalía solicita inicialmente una pena de 16 años de prisión, tenía antecedentes en Madrid por robar a ancianos con el método del «mataleón», un sistema con el que aprietan a las víctimas en el cuello hasta que quedan inconscientes, al mismo tiempo que le colocan la rodilla en la espalda para inmovilizarlas. El agente indicó que este método, «llevado al extremo, puede causar la muerte». De hecho, el vecino de la calle Topacio murió estrangulado y presentaba en la espalda moratones.

Por otro lado, explicó que el ahora acusado se convirtió en sospechoso por diferentes contradicciones e indicios que acabaron con la intervención de sus teléfonos. En una de las escuchas, según el inspector, su pareja le expresa el temor a que sea detenido y le dice que tiene que marcharse del lugar.

Durante la sesión de ayer declararon otros policías, entre ellos dos agentes que acudieron a la llamada del acusado al 091 porque decía que olía mal y llevaba quince días sin ver a su vecino. Estos agentes aseguraron que no olía mal en el rellano y que al llegar se cruzaron con el ahora acusado y no les dijo que había llamado él al 091. Otro agente indicó que la pareja del acusado le dijo tras el hallazgo del cadáver que «para que se metan otros okupas nos metemos nosotros». Asimismo, un policía destacó que en su casa aparecieron una jarras del fallecido.