Un joven dominicano que ocupaba ilegalmente una casa de Alicante junto a su pareja y otros allegados negó ayer en un juicio iniciado en la Audiencia que matara a un vecino de 70 años en noviembre de 2015 con el objetivo de meterse a vivir en la vivienda de las víctimas porque estaba solo y no tenía familiares. El okupa, que se enfrenta a una petición inicial de la Fiscalía de 16 años de cárcel por un delito de asesinato y otro de usurpación de vivienda en grado de tentativa, rechazó contestar a las preguntas de la fiscal del caso y únicamente quiso responder a las cuestiones de su abogado, entre ellas una donde recordó que fue él quien avisó a la Policía Nacional porque olía mal en el inmueble, situado en la calle Topacio, y no sabía nada de su vecino Pepe, un marino mercante jubilado de 70 años.

El procesado explicó asimismo que después de que entrara la Policía y descubriera el cadáver encontró en la escalera las llaves del domicilio y accedió al interior para recoger unas jarras. Por contra su pareja declaró ayer en la vista oral que las «compró en un mercadillo».

El crimen fue cometido la noche del 13 de noviembre de 2015 o en los días posteriores en el bajo de un inmueble de la calle Topacio. Según la acusación pública, el procesado golpeó de forma violenta a su vecino de 70 años y al final estranguló a la víctima. A continuación, siempre según la Fiscalía, el acusado, sólo o en compañía de terceras personas no identificadas, colocaron el cadáver sobre la cama del dormitorio y se marchó.

Nadie iba reclamar la casa

El cuerpo fue descubierto sobre las ocho de la tarde del 21 de noviembre después de que el procesado avisara a la Policía del «olor insoportable» que había en el rellano de la escalera. Según el ministerio público, el procesado llevó a cabo esta estrategia con el objetivo de ocupar la vivienda porque sabía que nadie iba a reclamarla. La casa fue precintada tras el levantamiento del cadáver pero el procesado accedió y revolvió armarios antes de marcharse y cerrar con unas llaves, según la acusación pública.

El acusado y su pareja estaban ocupando junto a otros familiares y una casa situada en la planta superior, cuyo propietario les denunció un mes antes del crimen y por tanto tenían que abandonarlo. A principios de octubre el procesado fue sorprendido cuando trataba de ocupar otra casa en la calle Ágata, próxima la calle Topacio. Todas estas circunstancias promovieron, según la Fiscalía, que urdieran un plan para matar al vecino de la planta baja con la finalidad de apropiarse de su vivienda, algo que volvió a negar ayer el acusado.

La pareja del acusado, que llegó a estar procesada en el caso y luego fue exculpada, manifestó que la víctima nunca estuvo en su domicilio, mientras que el procesado sí admitió ayer que estuvo algún día tomando café.

En cuanto al contenido de las escuchas intervenidas, la mujer precisó que cuando hablaba de un muerto se refería a su hijo fallecido en accidente y negó que hubiera comentado su temor a ser detenida. Además de la pareja declararon otros testigos y el juicio se prolongará toda la semana.