Los cinco acusados de violar a una joven en los Sanfermines de 2016 declararon este miércoles ante el tribunal que juzga el caso que la mujer dio su consentimiento a mantener relaciones, pero no han logrado aclarar cómo les dijo que sí.

Los cinco acusados, que se hacen llamar "La Manada", declararon ante la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra en la octava sesión del juicio que, a puerta cerrada, comenzó el pasado día 13 por la violación en grupo a una joven. Ninguno de ellos ha respondido a las preguntas de las acusaciones populares, Gobierno de Navarra y Ayuntamiento de Pamplona.

Los abogados de la defensa y de uno de los acusados han explicado a los periodistas que en la sesión de ayer, cuando declararon tres de los imputados que comparten letrado, uno de ellos insistió en que la mujer consintió en tener relaciones con ellos, pero ha reconocido ante el tribunal que no lo hizo de palabra ni tampoco ha precisado cómo.

Otro de los acusados, también según los abogados, ha declarado que la mujer dio su consentimiento con "gemidos". En la sesión de la tarde han declarado otros dos procesados, uno guardia civil y el otro militar, que han repetido que la joven consistió en tener relaciones aunque tampoco han aclarado cómo lo hizo.

Los miembros de 'La Manada' declaran ante el juez

Los miembros de 'La Manada' declaran ante el juez

'El Prenda', uno de los imputados, señaló que si bien implícitamente la joven quería irse con ellos, expresamente no lo dijo. Vídeo: Agencia ATLAS/Foto: EFE

"Mienten como bellacos"

Carlos Bacaicoa, uno de los dos letrados de la defensa, ha afirmado que los procesados, cinco jóvenes andaluces, "mienten como bellacos" en sus declaraciones y que su versión queda "absolutamente desdicha por los vídeos" del suceso que ellos mismos grabaron.

"Lo que ellos cuentan no tiene nada que ver con lo que se ve en los vídeos", ha continuado Bacaicoa, quien ha subrayado que "en absoluto" han podido demostrar la conformidad a las relaciones por parte de la mujer.

Respecto del móvil de la víctima, el guardia civil acusado ha admitido que lo robó "por avaricia", que fue "un fallo", y que lo tiró tras ser identificado en la plaza de toros de Pamplona y antes de que fuera detenido junto a los otros cuatro jóvenes en el barrio de San Jorge.

Según los letrados de la mujer, los procesados han sostenido que tiraron el móvil porque "pensaron que les podían acusar de robo" después de que fueran identificados por la Policía Foral.

El militar acusado ha declarado también sobre la grabación con su móvil de un vídeo de los hechos de 40 segundos de duración, que luego borró. Las imágenes las recuperó posteriormente la Policía Foral.

Bacaicoa ha precisado que este acusado negó inicialmente que borrase las imágenes y que lo admitió después de que los agentes recuperasen el material audiovisual.

Se enfrentan a 25 años de cárcel

El abogado Agustín Martínez Becerra, que defiende a tres de los cinco acusados, ha subrayado la "educación y respeto" en las respuestas de sus clientes, aunque también ha admitido que los procesados están "tensos" ya que "se juegan 25 años" de cárcel.

El Ministerio Fiscal pide para cada uno de ellos 22 años y diez meses por un delito continuado de agresión sexual, otro contra la intimidad y un tercero de robo con violencia. La acusación popular ejercida por el Gobierno de Navarra eleva la petición de pena hasta 25 años y nueve meses, la más alta de todas.

En la jornada de ayer, la vista se ha tenido que suspender al mediodía por el ruido que llegada a la sala de una manifestación que ha congregado a centenares de personas ante el Palacio de Justicia convocadas por las asociaciones feministas "Lunes Lilas" y "Andrea" con el lema "No es no".

Hoy está previsto que declaren ante el tribunal un joven con el que habló la denunciante cuando se encontraba con los cinco acusados, un policía municipal que tomó declaración a la mujer y dos detectives que elaboraron un informe.

Las defensas han renunciado a la declaración de cuatro amigos de Sevilla de los acusados y a la de la ginecóloga que atendió a la mujer al entender que la testifical de la última es "absolutamente innecesaria".