Un juzgado de lo Penal sentó ayer en el banquillo a un hombre acusado de colgar carteles en varias calles del centro de Alicante con expresiones injuriosas contra un oficial de la Policía Local de Alicante durante la madrugada del 11 de mayo del pasado 2016. Al acusado se le imputa un delito de injurias contra funcionario público, pena por el que se reclama el pago de una multa. El procesado negó ayer en el juicio que fuera él la persona que estaba colgando los carteles y rechazó tener relación con los cerca de sesenta pasquines que fueron encontrados en un carro de supermercado a tres metros de donde se encontraba. El juicio quedó ayer visto para sentencia después de que todas las partes mantuvieran sus informes.

Los policías que intervinieron esa noche relataron que estaban de patrulla por la Rambla de Méndez Núñez cuando trabajadores del servicio de limpieza les alertaron de que había unas personas colocando carteles injuriosos contra uno de sus oficiales. En ellos, se decía el nombre pila del policía y se acompañaban varios insultos como «xenófobo». Los funcionarios desde el coche fueron a la busca de los autores de esos carteles y aseguran que sorprendieron al acusado in fraganti mientras colocaba uno de los carteles en la pared ataviado con unos guantes de látex. La cola utilizada para pegar el letrero no fue encontrada, por lo que los funcionarios sospechaban que al menos había otra persona con él, pero no pudieron identificarlo.

Los insultos iba dirigidos contra un oficial de la Unidad Fox de la Policía Local que se puso en marcha a la vigilancia y control de la venta ambulante, el botellón y la inspeccion de veladores. Este oficial fue uno de los funcionarios que resultó herido por un grupo de manteros en la Explanada en el verano de 2013. Según declaró el oficial, días antes de este arresto había tenido un altercado con el propietario de un pub del casco antiguo tras haberle sancionado tras una inspección en la terraza.

Guantes de látex

El acusado era amigo del propietario de este local. Éste aseguró que ocasionalmente había trabajado para él en el establecimiento y que alguna vez había llegado a recoger alguna notificación en su nombre cuando llegaba. Asimismo, también le dejaba usar un almacén para arreglar motos. El procesado justificó el tener guantes en las manos en el momento en que fue arrestado porque salía de trabajar en el taller. «Los policías decían que yo estaba pegando carteles, pero no tuve nada que ver», aseguró. «Si hubiera sido yo, habría puesto a alguien a vigilar, no iba a hacerlo yo solo», recalcó al tribunal durante su turno de última palabra.

La Fiscalía mantuvo ayer su petición de que el procesado sea condenado al pago de una multa por las injurias de catorce meses a razón de seis euros al día (2.520 euros). Por su parte, la acusación particular, que ejerce para el oficial el letrado Antonio Pérez del despacho Pérez-Prado Abogados, reclama que la multa sea de 5.040 euros, mientras que se pide una indemnización para el perjudicado de 12.0o0 euros por los daños morales. Según explicó, a consecuencia de estos hechos, el trauma por la agresión anterior sufrida en 2013 se había agravado y en la actualidad había tenido que coger una nueva baja por problemas de ansiedad. Las acusaciones consideraron prueba suficiente las afirmaciones de la pareja de agentes que aseguraron haber sorprendido desde el coche al acusado pegando uno de los carteles en la pared, junto a otro pasquín recién colocado.

Los agentes de la Policía Localde Alicante retiraron esa noche durante más de tres horas cerca de un centenar de carteles insultantes contra el oficial en la Rambla, la calle Castaños y otras aledañas por el casco antiguo. El hombre fue entregado en la Comisaría de Alicante, sin que se pudiera localizar a ningún otro sospechoso de haber participado en los hechos.

Por su parte, la defensa pidió la libre absolución al considerar que había dudas de que el acusado fuera la persona que estaba colgando carteles. En este sentido, señaló en que éstos podrían ser obra de los responsables de cualquier otro establecimiento que hubieran tenido problemas con el oficial.